“Alice Rahon” es el título de este libro que “ofrece una nueva investigación sobre la artista llegada a México en 1939” y en el que participa la investigadora mexicana Tere Arcq, experta en la vida y obra de la pintora y poeta, y curadora de la muestra montada en el Cecut.
La exposición “Alice Rahon. Una surrealista en México (1939-1987)” estuvo a la vista del público entre el otoño de 2009 y la primavera del año siguiente en la Sala 1 de El Cubo, que albergó una selección de 80 obras, muchas de ellas nunca antes exhibidas en México, creadas por la artista a lo largo de más de cuatro décadas, en técnicas como pintura, acuarela, dibujo, collage y arte-objeto.
La colección se enriqueció con fotografías, poemas, manuscritos inéditos, diarios de viaje, publicaciones y correspondencia con personalidades del mundo del arte y la literatura, procedentes del archivo de la artista, así como catálogos y reseñas de las exposiciones realizadas sobre su trabajo.
Para el público de ambos lados de esta frontera, la exposición ofreció la invaluable oportunidad de conocer de manera directa obras del movimiento surrealista, tan influyente a lo largo del siglo XX, a través de una de sus figuras sobresalientes afincadas en nuestro país.
“Alice Rahon, junto con Remedios Varo, Leonora Carrington y la fotógrafa húngara Kati Horna, se agruparon en torno al surrealismo”, plantea Tere Arcq en el catálogo de la exposición, coeditado por el entonces Conaculta, hoy Secretaría de Cultura, y el Centro Cultural Tijuana, con la colaboración del Instituto Nacional de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno, donde se presentó también la exposición, y la Fundación BBVA Bancomer.
Poeta, pintora, diseñadora y guionista, Alice Rahon dejó un complejo cuerpo de obra que se caracteriza por su gran libertad y un vínculo indisoluble entre pintura y poesía. Sus creaciones pasan de la figuración a la abstracción, de la realidad a los sueños, de las palabras a las imágenes, plantea Arcq.
Por la importancia de su obra, Rahon merece también ser reconocida como una de las iniciadoras de la abstracción en el México de los años cuarenta, a la par de figuras como Carlos Mérida, Gunther Gerzso y Wolfgang Paalen, advierte la investigadora.
En otro punto, añade que si bien las creaciones de esta artista de gran originalidad están profundamente ligadas al surrealismo, al mismo tiempo se ven determinadas por su experiencia en tierras mexicanas. En sus creaciones, sostiene, integró frecuentemente el paisaje, mitos, leyendas y fiestas mexicanas, y fue pionera en el empleo de arenas y texturas que incorporaba a sus lienzos, trabajados con delicados esgrafiados.
“En diversas obras de Alice Rahon aparecen sus impresiones de México a manera de mitos, leyendas y fiestas tradicionales desbordantes de color. Absorbe la sensibilidad a las formas y el color de los indios y su inocencia visual, que se manifiesta en una estrecha comunión con la naturaleza”, señala Arcq en el libro-catálogo de la exposición.
Y agrega: “Lo primero que impactó a Alice al adentrarse en el estudio de los pueblos prehispánicos fueron los códices, portadores del pensamiento y conocimiento ancestral a través de la representación abstracta de los mitos”, de modo similar al efecto que produjeron en ella las pinturas rupestres de las cuevas de Altamira, que conoció junto con el artista austriaco Wolfgang Paalen (su esposo), o los tótems y el arte primitivo de los pueblos de Alaska y la provincia canadiense de la Columbia Británica que visitó.
De modo que si bien formó parte del grupo de artistas exiliados en México, entre los que se encontraban las citadas Remedios Varo y Leonora Carrington, y estuvo vinculada al movimiento surrealista, que promovieron los escritores franceses Antonin Artaud y André Breton, quienes también vivieron varios años en el país, “la producción plástica de Alice Rahon se alejó de las propuestas de sus contemporáneos”, observa Arcq en su texto, donde subraya la importancia de la autora de una obra por demás original, diversa e imaginativa.
Publicado en gran formato, con una edición cuidadosa e impreso con pulcritud, el libro-catálogo cuenta con profusión de imágenes que reproducen la obra de Alice Rahon creada en México, lo que explica los años que aparecen en el título: 1939, cuando llegó al país y tomó la decisión de dedicarse a pintar, y 1987, el año de su muerte en la capital mexicana.
“Alice Rahon. Una surrealista en México (1939-1987)” forma parte de la oferta editorial del Centro Cultural Tijuana y está disponible para su adquisición. Informes sobre la compra del libro y formas de entrega se proporcionan en los correos: [email protected] y [email protected].
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Hola quiero comprar el catalogo,soy de Buenos Aires,Argentina y queria saber si lo envian.
Espero su respuesta,muchas gracias.
Lorena Di Meo