La brecha digital es un concepto que hace referencia a dos escenarios: la falta de acceso a conexión de Internet; y, a la falta de habilidades para aprovechar plenamente los beneficios del acceso a internet y a tecnologías. Estas desigualdades pueden perpetuar las brechas, así como el desarrollo humano y condenan a un porcentaje importante de población a vivir en pobreza, como en el caso de México donde un gran porcentaje aún no accede a estos servicios.
El Dr. Christian Becerril Velasco, investigador del Departamento de Estudios Sociales de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), señala que la innovación social debe darse en favor del bienestar de los más desfavorecidos y ante los retos de la sociedad que presentan gran complejidad y que no pueden ser resueltos únicamente por el gobierno o el mercado.
Sin embargo, puntualiza el investigador de El Colef, que aunque en los procesos de innovación social participen diversos actores con el fin de desarrollar soluciones, es importante que en el centro se encuentre la comunidad que enfrenta o convive con el problema, para no perder de vista el problema y ofrecer alternativas y soluciones de acuerdo a la realidad.
En este sentido, el Dr. Becerril explica que la pobreza es la peor forma de privación humana, no solo por la falta de bienes materiales sino también por la negación de oportunidades y entre ellas se encuentra la privación y no apropiación de la tecnología; lo que implica quedar al margen de diversas actividades que podrían tener un impacto positivo en su entorno.
De acuerdo al especialista, México es el país más avanzado de América Latina en cuanto al reconocimiento formal de acceso a las tecnologías de la información y comunicación, sin embargo en 2019, con datos de INEGI, solo 56.4% de la población tenía acceso a Internet, debido a la falta de recursos económicos para contratar este servicio. Por lo cual es necesario que el gobierno emprenda mayores acciones para garantizar este derecho humano.