Comenzamos el 2021 con rumbo a la renovación de la gubernatura, diputaciones federales y locales, y ayuntamientos. Un buen número de espacios por ocupar y un sinfín de candidaturas. Todas con la mira puesta en la elección del próximo domingo 6 de junio.
Oficialmente, el 2 de enero pasado, el Instituto Estatal Electoral de Baja California autorizó la integración de dos coaliciones electorales. Por un lado, «Juntos Haremos Historia en Baja California», integrada por los partidos del Trabajo, Verde Ecologista y MORENA, en este caso decidieron ir a “michas”, ahora sí que “juntos, pero no revueltos”. Por otro, «Va por Baja California», conformado por Acción Nacional, el Revolucionario Institucional y el de la Revolución Democrática, mediante una coalición total.
Habrá quienes se pregunten el motivo por el cual se registran en ese orden, y no se trata de cuál es el partido más popular o importante, sino la antigüedad de su registro. Por ejemplo, el PAN aparece en primer sitio porque obtuvo su registro en 1939, mientras el PRI (como tal) lo obtuvo en 1946 y el PRD en 1989.
Allende de dichos partidos, la oferta electoral incluirá a Movimiento Ciudadano y partidos políticos de reciente creación como Redes Sociales Progresistas y Encuentro Solidario. Además de las candidaturas ciudadanas. Es decir, habrá de “tocho morocho” en la boleta electoral. Podría parecer confuso o excesivo, sin embargo, como dicen por ahí, “es mejor que sobre a que falte”. Esa es una de las grandes ventajas de la democracia: la pluralidad de las ideas y de la oferta política. Sin embargo, para que la democracia sea efectiva se requiere que la ciudadanía participe, se exprese en las urnas y cumpla con su deber cívico de votar. Esa es la prioridad.
En otro orden de ideas, resulta que la síndica de Tijuana, María del Carmen Espinoza Ochoa (“Melli” pa´ los cuates), no gasta ni un “quinto” de nuestro dinero en sus redes sociales. Pues, textualmente, la “abogada” del municipio respondió a mi solicitud de información: “esta Sindicatura Procuradora no cuenta con un presupuesto asignado o ejercido con respecto al manejo de redes sociales ni en lo respectivo al diseño de contenido y transmisiones en vivo…”. Seguramente su experiencia como conductora de televisión y encargada de Comunicación, Difusión y Propaganda de MORENA, bastan. Pero, entonces, ¡¿a qué hora hace su chamba?!
Para quienes no tengan claro de qué se encarga la Sindicatura, de acuerdo con la Ley de Régimen Municipal de Baja California, dicha dependencia tiene “a su cargo la función de contraloría interna, la procuración de la defensa de los intereses del Ayuntamiento, y vigilar que no se afecten los intereses de los habitantes del municipio, en el ejercicio de las funciones y atribuciones de orden municipal…”.
Sin embargo, dentro de las 13 funciones que enlista dicha ley y las 39 funciones que establece el Reglamento de la Administración Pública Municipal, ninguna señala que la Sindicatura requiere de una coordinación de Comunicación, ya que para eso existe la Dirección de Comunicación Social del Ayuntamiento. Tal vez, ese sea el motivo por el cual la actual síndica municipal informa mal y de (sobre todo) de malas.
Post Scriptum. “El primer acto de corrupción es aceptar un cargo público para el que no se está preparado”, vox populi.
* El autor es maestro, escritor y consultor político.
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