El pasado 26 de octubre, el Senado de los Estados Unidos, liderado por los republicanos, le otorgó al presidente Donald Trump una importante victoria política preelectoral este lunes al confirmar a su candidata a la Corte Suprema, Amy Coney Barrett como nueva jueza; lo que significó una nueva configuración de este organismo.
En este sentido, el Dr. Jorge A. Bustamante, investigador emérito y fundador de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), señala que hasta el momento tres de los nueve jueces que componen la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos de América han sido nombrados por el Presidente Donald Trump, lo cual da una orientación a la Suprema Corte de una ideología conservadora.
Ante este escenario y configuración, el Dr. Bustamante señala que, aunque no está escrito, los jueces nombrados suelen apoyar y validar las decisiones del Presidente por el cual son nombrados, en la actualidad esto podría significar varios retrocesos en términos jurídicos para diversos sectores minoritarios de la población en Estados Unidos.
En temas de migración se podría ver un retroceso en el programa DACA, ya que anteriormente Donald Trump había intentado eliminar este programa pero no le fue posible; sin embargo, con la nueva composición de la Suprema Corte esto podría suceder, explica el fundador de El Colef.
Aunado a lo anterior, para el investigador emérito el tema más relevante dentro de este nombramiento es que de haber controversias con las elecciones, es la Suprema Corte la que dicta sentencia y pudiera favorecer esto para una reelección del actual Presidente Donald Trump.
La reflexión completa del Dr. Jorge A. Bustamante