La pandemia por Covid-19 nos ha obligado a intensificar nuestros hábitos de higiene. Medidas básicas como el lavado de manos y limpieza de los espacios adquirieron gran relevancia pues se ha demostrado que además de la distancia social, la adecuada desinfección de personas, objetos y superficies con agua y jabón es la principal medida para contener el virus.
En un país como México, donde el 75% de la población toma un baño diario (primer lugar mundial en este rubro) [1], el agua caliente es un elemento esencial en éste y otros usos domésticos. Regaderas, lavamanos, lava trastes y lavadoras utilizan agua a altas temperaturas con frecuencia.
Si bien el agua caliente (45-60°C) por sí misma no mata virus o bacterias, sí puede eliminar suciedad y gérmenes con facilidad en superficies que pueden albergar microorganismos[2]. La preparación de alimentos es también un uso primordial del agua caliente en casa.
En este sentido, investigadores surcoreanos hallaron que lavar la ropa con agua caliente elimina hasta el 100% de ácaros y polvo que viven en las fibras de las telas de ropa, muebles, cortinas y más elementos, protegiendo a las personas que tiene algún tipo de alergia.[3]
Contar con agua caliente tiene muchos beneficios adicionales para la salud mental, desde tomarse un café o té, hasta una ducha caliente que nos ayude a bajar el estrés por las jornadas de home office, escuela y las muchas actividades que hoy se deben realizar en casa; de igual manera el agua mejora la circulación: con un baño caliente se descansa y se logra dormir mejor.
Ricardo Figueira, director de Termotecnología para Bosch en México, una empresa con más de 15 años de experiencia en Termotecnología para el hogar, calderas comerciales y calderas industriales comenta: “México es el quinto consumidor de agua caliente en el mundo. Al mismo tiempo las características de las viviendas son muy diversas por lo cual es necesario desarrollar tecnologías adecuadas para cada circunstancia como presión de agua, rendimiento y ahorro de energía en los calentadores. Con la tecnología adecuada un hogar puede ahorrar hasta cuatro quintas partes de su consumo de gas”.
A nivel industrial y comercial, el agua caliente adquiere otra dimensión. Industrias como la alimentaria y hotelera, garantizan la calidad y seguridad de sus productos y servicios gracias al uso de calefacción. Procesos como la pasteurización y esterilización requieren agua caliente a una temperatura específica (70-95°C). En el sector hospitalario, primordial en estos momentos, el agua caliente y vapor se usan ampliamente en procesos de desinfección, calefacción, lavandería, cocinas y sanitarios.
Encuesta nacional sobre consumo de energéticos en viviendas particulares
El consumo de energía en el sector residencial representa la cuarta parte del consumo mundial de energía[4]; se integra por aquellas actividades de uso final del consumo de energéticos en viviendas particulares: la cocción de alimentos, iluminación, refrigeración, calentamiento de agua, calefacción y enfriamiento de espacios, además del uso de electrodomésticos[5].
En 43.5% de las viviendas en el país se usa algún tipo de calentador de agua, en total se contabilizan 14.6 millones, de los cuales 11 millones son calentadores de agua a gas y hay 2 millones de calentadores solares. De los 11 millones de calentadores de agua a gas en uso en viviendas particulares del país, poco más de 70% se encuentra en la región templada.
[1] http://reports.essity.com/
[2] https://www.ucsc.cl/blogs-
[3] https://consumer.healthday.
[4] Internacional Energy Agency (IEA). (2007), Manual de estadísticas energéticas. En: https://www.iea.org/
[5] Encuesta Nacional sobre Consumo de Energéticos en Viviendas Particulares (ENCEVI) (2018) https://www.inegi.org.mx/