Tengo que confesar que quedé muy zarandeado después de la última elección presidencial en Estados Unidos en 2016. Como muchos colegas, pensé, hasta la tarde misma de los comicios, que Hillary Clinton ganaría la Presidencia en ese país. Así lo indicaban las encuestas, apuestas y modelos de predicción. Sin embargo, como ya sabemos, ganó Donald Trump.
¿Qué pasó?
Pues que los modelos de predicción se basaban en información de encuestas estatales, encuestas que resultaron equivocadas. Por su parte, las apuestas, que también toman en cuenta la información de las encuestas, le daban una mayor probabilidad de ganar a Clinton sobre Trump. Pero, aunque la probabilidad del republicano era baja, no era cero y, bueno, pues a veces triunfan los que tienen menos probabilidad de ganar.
El asunto me dolió. A nadie le gusta equivocarse. Menos cuando tenía un dinerito apostado a favor de Clinton.
Aquí tengo que reconocer que, desde hace muchos meses antes de la elección, Jorge G. Castañeda afirmó que ganaría Trump y, como yo creí lo contrario, le aposté una buena lana. Castañeda se mantuvo firme todo ese tiempo, aunque sí dudó cuando se hizo público el video de Trump donde confesaba que él seducía a las mujeres agarrándoles su órgano sexual (“grab ‘em by the pussy”, en su inglés soez).
En fin, que Castañeda y otros me ganaron. Les pagué y, desde entonces, prometí nunca subestimar más al presidente Trump.
Jorge ha escrito en su blog de Nexos que la próxima elección presidencial del 3 de noviembre en Estados Unidos ya está definida. “Este arroz ahora sí ya se coció”, afirma el excanciller y gran experto en la política estadunidense. El electorado de ese país no reelegirá a Trump por lo que el próximo presidente será el demócrata Joe Biden.
El asunto lo hemos discutido varias veces en La Hora de Opinar. Yo tiendo a pensar que, efectivamente, ganará Biden, pero le guardo mucho respeto a Trump por lo que sigo dándole el beneficio de la duda.
No estoy solo. De acuerdo a las apuestas en predictit.org tiene un 40% de probabilidad de ganar. No es un número menor e, insisto, una probabilidad baja no es una probabilidad cero.
Algo están viendo los apostadores diferente a los encuestadores o los que realizan modelos de predicción. Ahí sí que los datos son apabullantes en contra de Trump.
En las encuestas nacionales, Biden le lleva una ventaja de más de diez puntos porcentuales a Trump, de acuerdo con la encuesta de encuestas del sitio FiveThirtyEight. Es un mundo de diferencia.
Pero recordemos que la elección en Estados Unidos es indirecta. No gana el que tiene más votos populares, sino el que consiga 270 de los 538 miembros del Colegio Electoral. En este sentido, es mejor ver las encuestas estatales. Ahí ya sabemos que hay estados que va a ganar Biden sin problema (California, por ejemplo). Igual Trump (Tennessee). Lo que importa son los llamados “estados columpio” que pueden irse hacia un lado o hacia el otro. Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Arizona y Florida, por ejemplo. Resulta que, en todos estos estados, va ganando Biden en las encuestas.
El sitio de Nate Silver, FiveThirtyEight realiza un modelo de predicción. De cien posibles resultados, Biden gana en 87 y Trump en 13. El New York Times, por su parte, publica tres posibles escenarios. Uno, sólo tomando en cuenta las encuestas estatales donde un candidato gana por más de tres puntos porcentuales: Biden gana con 335 electores. Dos, si todas las encuestas están bien y se traducen perfectamente en los resultados finales: Biden gana con 375 electores. Tres, las encuestas se corrigen con los errores que tuvieron en la elección de 2016: Biden gana con 319 electores.
Finalmente, el historiador Allan Lichtman tiene un modelo de predicción con base en 13 variables. Desde 1984 ha pronosticado correctamente los resultados de la elección. En 2016, contra viento y marea, predijo que ganaría Trump y no se equivocó. Este año está pronosticando que ganará Biden.
Los datos parecen darle la razón a Castañeda de que este arroz ya se coció. Yo también creo que, salvo que pase algo verdaderamente extraordinario, ganará Biden. Sin embargo, para evitar bochornos como en 2016, todavía le doy el beneficio de la duda a Trump. ¿De cuánto? Vamos a hacerles caso a los apostadores: 40% de probabilidad de que el presidente se reelige. Está muy lejos de ser una probabilidad cero.
Twitter: @leozuckermann