Un tratado que data de 1944 obliga a México a entregarle a Estados Unidos, y viceversa, cierta cantidad de agua, como compensación por los ríos que comparten en la frontera. México estuvo a punto de incumplirlo.
Estados Unidos tendrá derechos sobre el agua de dos presas ubicadas del lado mexicano de la frontera, que normalmente abastecen a las poblaciones aledañas. Así quedó contemplado en un acuerdo binacional que suavizó las relaciones de México con la Casa Blanca, pero que amenaza con empeorar un conflicto interno.
En virtud de un acuerdo de aguas firmado hace casi 80 años, Estados Unidos debe entregarle a México más de 9.000 millones de metros cúbicos por quinquenio desde el Río Colorado. En contraparte, México le entrega más de 2.000 millones de metros cúbicos del Río Bravo, es decir, menos de una cuarta parte de lo que recibe.
Sin embargo, las entregas de este año se han visto afectadas por la sequía a la que se han visto sometidos los agricultores mexicanos, en especial del estado fronterizo de Chihuahua, lo que ha generado protestas en las últimas semanas.
Durante el verano, un grupo de agricultores se negó a permitir más transferencias de agua a Estados Unidos desde una de las presas, alegando que necesitaban el agua para sus propios cultivos.
Nuevo acuerdo: salva relaciones diplomáticas, pero enciende el conflicto local
El acuerdo con Washington anunciado este jueves 22 de octubre por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, transfiere la parte de agua que le corresponde a México de las represas Amistad y Falcón a propiedad estadounidense.
Durante su conferencia de prensa matutina, el mandatario señaló que con este acuerdo «se evitó una sanción» por parte de Estados Unidos.
El Gobierno mexicano aseguró que todavía tiene suficiente agua en otras represas cerca de la frontera para satisfacer las necesidades de agua potable de 13 ciudades fronterizas, incluidas Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros.
«Si necesitamos el agua para consumo humano ellos van a proporcionarla y si tenemos situación de sequía severa también nos van a auxiliar», afirmó el mandatario para tranquilizar los ánimos de quienes ven amenazado el suministro de agua local.
Aunque el acuerdo ha sido celebrado por el Gobierno Nacional, el mismo amenaza con incrementar las asperezas con el opositor gobierno local de Chihuahua, que se unió a la petición de sus agricultores, desencadenando todo un conflicto político entre autoridades locales y federales.