Es imprescindible que los niños y jóvenes reciban una enseñanza de calidad tanto para su futuro en particular como para el de la sociedad en general. Y todo lo que se haga en favor de ella es beneficioso. Por eso, y más en estos tiempos complicados, es muy importante que los estudiantes cuenten con clases de apoyo que refuercen sus conocimientos y los conviertan en adultos preparados y de éxito. Las clases de regularización siempre son necesarias y gracias a plataformas como Superprof es posible encontrar clases de apoyo en Tijuana, como también en Ciudad de México, en Michoacán de Ocampo, en Nuevo León, en Yucatán y por todo México; incluso en línea.
Cómo saber cuándo un niño necesita clases de refuerzo
Aunque un niño sea buen estudiante y obtenga excelentes calificaciones, le vendrá bien contar con clases de regularización. Pero hay una serie de indicios que evidencian la necesidad de que un estudiante reciba este tipo de ayuda.
Destaca entre ellos, por supuesto, la recomendación de su profesor. Este es quien mejor sabe las necesidades del estudiante a lo largo del curso y si hay alguna asignatura que le cuesta más trabajo preparar. Pero también los padres pueden observar que sus notas son peores que antes o que le cuesta más trabajo realizar las tareas e incluso que parece especialmente ansioso en las épocas de exámenes. Todos estos son síntomas indudables de que el niño necesita de unas clases de refuerzo.
También son indicios de ello que muestre resistencia a ir a la escuela o a hacer sus tareas e incluso que pierda interés por aprender. Esa falta de aplicación, generalmente, no se debe a vagancia, sino a que o bien no puede seguir las clases o bien no es capaz de asimilar todo lo que se le enseña en ellas.
Incluso en casos extremos, el alumno puede querer abandonar sus estudios y muestra una autoestima más baja de lo habitual. Ante tales situaciones, los padres deben hablar con él para saber qué le ocurre. Y, si observan que el motivo es la dificultad para seguir las clases, buscarle un profesor de apoyo rápidamente.
De lo contrario, podría verse expuesto a repetir el curso con todo el trastorno y el perjuicio para la formación del niño que esto conllevaría. Sin embargo, las clases de apoyo pueden evitarlo y además aportan otros beneficios al estudiante.
Qué beneficios aportan las clases de regularización
En líneas generales, las clases de apoyo contribuyen a que el alumno alcance el éxito en sus estudios y, con ello, a que mejore su autoestima. Son dos aspectos esenciales para su futuro, cuando tenga que enfrentarse al mundo laboral. Porque las empresas buscan, no solo personas con las mejores cualidades, sino también seguras de sí mismas y con iniciativa propia. Y todo esto lo proporcionan las clases de refuerzo de diferentes maneras.
Una de las más importantes es que dan al niño una atención personalizada. En el salón de clases de la escuela, el profesor debe atender a veinte o treinta alumnos y le resulta imposible detenerse en las necesidades propias de cada uno. Sin embargo, en las clases de apoyo, el niño cuenta con toda la atención del profesor, lo cual significa que este va a ir al ritmo del estudiante y va a reforzar los aspectos que más trabajo le cueste asimilar incidiendo y trabajando sobre todo en ellos.
Además, la clase de refuerzo optimizará el tiempo de estudio del alumno y le permitirá progresar a su marcha, sin prisas perjudiciales. Con ello, también aprenderá a organizarse y dirigir su propia forma de trabajar incluso utilizando nuevas técnicas de estudio. De este modo, preparará mejor y con más confianza sus exámenes.
Todo esto, a su vez, beneficiará al alumno porque va a entender mejor las materias que debe estudiar y va a obtener calificaciones más altas, lo cual además le motivará más al estudio al ver como logra mejorar sus resultados. Y, en definitiva, va a lograr niveles más elevados de aprendizaje y formación que le vendrán muy bien en el futuro tanto para sus posibilidades profesionales como para su cultura general. En definitiva, con todo ello, va a mejorar su autoestima y su confianza en sí mismo.
No puede olvidarse que México tiene unas tasas muy altas de abandono escolar. Las últimas cifras, bien es cierto que, agravadas por la pandemia, indican que 2,5 millones de alumnos dejaron sus estudios en 2020. Pero ya antes del Coronavirus la edad media en que los muchachos abandonaban la escuela eran los 14,9 años (ahora es de 13,7). Es un problema de formación muy grave y las clases de refuerzo lo evitan en gran medida.