La pandemia del nuevo coronavirus también ha sido un trago amargo para la industria cervecera. La implementación de medidas sanitarias para evitar la propagación del virus trajo consigo un freno en la producción de la bebida alcohólica y la prohibición para consumirse en algunos estados del país. Para los cerveceros artesanales, en tanto, ha llegado el momento de innovar.
“Es época de reinventarse y encontrar nuevos canales de venta, y de estar alertas, pues cada día cambia nuestra realidad”, dice, en entrevista, Alejo Magallanes, presidente de la Asociación de Cerveceros Artesanales de México (Acermex).
Entre un 300 y un 500% se incrementaron las ventas de productos en nuevos canales durante la contingencia, aunque las ventas aún tienen una contracción de entre 60 y 50% a nivel industria, dice el empresario.
Tras esta crisis, el siguiente paso será diversificar los canales de ventas para no verse afectados ante una nueva eventualidad que propicie el cierre de establecimientos.
La creación de una plataforma de venta en línea y la puesta en marcha de una aplicación móvil son parte de las soluciones. Durante el confinamiento, algunos gobiernos estatales decidieron aplicar la “ley seca” de forma parcial o generalizada, con el fin de desalentar que se realizaran reuniones masivas, donde la gente estuviera en un riesgo mayor de contagiarse del coronavirus SARS-Cov-2.
Yucatán, Tabasco, Sinaloa y Puebla fueron las entidades que decretaron la aplicación de dicha “ley seca” de forma total. Otros 17 estados la aplicaron de manera parcial, es decir, sólo en algunos municipios.
Dado que su trabajo no fue considerado como una actividad esencial, tanto las grandes como las pequeñas cerveceras tuvieron que detener su producción el pasado 5 de abril, la cual se reanudó dos meses después, a principios de junio.
Los productores artesanales dispusieron de un inventario suficiente para satisfacer parte de la demanda, ya que estaban preparados para asistir al primer festival del año en Ensenada, Baja California, que se realizaría durante la segunda semana de marzo.
“Las empresas pequeñas y las cervezas artesanales serían las más afectadas [por la suspensión en la producción]”, dice Fernando Jesús Martínez Eissa, académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana, quien propone incentivar el desarrollo de cerveceros artesanales. “Es un nicho con mucho crecimiento de mercado y que genera empleos”.
“Afortunadamente, ya se ve la luz al final del túnel”, dice Alejo, aunque mantiene la cautela por el riesgo de que haya un rebrote que pueda frenar la continuidad de la producción cervecera.