a pandemia se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para la aparición de todo tipo de predicciones sobre cómo será la economía de los próximos años. Entre ellas, en las últimas semanas una ha tomado una fuerza especial: el fin de la hegemonía del dólar. Ante esto, ¿realmente la moneda más importante hoy en día está en riesgo de perder su rol protagónico?
Los primeros en lanzar la alerta fueron Crédit Agricole y Mizuho, que aseguraron que el ‘Plan Marshall’ de la UE impulsaría el euro más de 30% en los próximos 16 meses frente a su par estadounidense. Luego, Goldman Sachs aseguró que “el reinado del dólar como reserva mundial está amenazado, como demuestra el reciente aumento en los precios del oro”.
De momento, es un hecho que desde su mínimo del 23 de abril, el euro ha repuntado hasta ayer 10,2% frente al dólar. También, los récords históricos en el oro, que rompió la barrera de los US$2.000, mientras que su máximo anterior era US$1.921, suponen otro indicador en ese sentido.
Pero los datos del dólar aún son claros: el 60% de las reservas de divisas mundiales son en dólares, el 85% de las transacciones de monedas son con la estadounidense, y prácticamente la mitad de las facturas en el comercio mundial también utilizan el ‘papel verde’.
Frente a esto, los expertos ven la debilidad del dólar y la pérdida de relevancia, pero la previsión principal será que seguirá siendo protagonista en la economía mundial en el futuro.
“Hay muchas razones para la debilidad del dólar, como las preocupaciones por el coronavirus, las elecciones, los tipos de interés reales, los diferenciales de crecimiento, la respuesta fiscal y monetaria, y la lista sigue y sigue. De hecho, ha comenzado a retroceder frente a muchas de las principales monedas del mundo, aunque esto puede ser por la fortaleza del euro, también actúa como catalizador del oro”, explica Jack Janasiewicz, portafolio Manager de Natixis IM.
La debilidad también la ve Carolina Monzón, jefe de Análisis Económico de Banco Itaú. “Este año se evidencia un debilitamiento de la moneda por el amplio programa de estímulo de la Fed y se ha observado un repunte del oro y el euro”.
Pero Monzón apunta a que mantendría su rol. “La posibilidad de que el dólar pierda protagonismo puede ser contenido por el alto volumen de transacciones en esta moneda, no solo en el mercado de valores, sino también en el sector real, por lo que continuaría siendo protagonista”.
Por otro lado, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) lanzó un informe en el afirma que “los mercados debaten si el dólar está entrando en un declive secular, y se apunta al covid-19 como un lastre para el crecimiento, el aislacionismo y el ruido político en las elecciones de noviembre, así como las preguntas sobre el estado de la moneda como reserva”, un debate en el que concluye que “teniendo en cuenta los últimos años, puede enfrentar un declive secular en algún momento, pero no esperamos esto en el corto plazo”.
Munir Jalil, economista en jefe para la región Andina de BTG Pactual, tampoco ve esta posibilidad pronto. “En el muy corto plazo no vemos que deje de ser la moneda de reserva por excelencia. Lo que sí esperamos es que ante los programas de compras de activos por parte de la Fed, se mantenga débil dada su sobre oferta relativa con respecto al resto de monedas”.
No obstante, con un panorama más lejano, sí ve posibles cambios en su protagonismo. “En varios años, una vez se consolide Asia como la región más grande en términos de PIB, muy probablemente la necesidad de una moneda de reserva asiática se hará mucho más fuerte y es ahí cuando el dólar podría ver amenazada su supremacía como reserva por excelencia. Para ello, se hará necesario que la nueva divisa entre a competir, sea de libre convertibilidad y sin restricciones en el mercado de capitales, razón por lo que esa transición no será en el muy corto plazo”.
De hecho, este ascenso de otras potencias es un proceso que ya está en marcha. Como apunta Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research, “desde hace un tiempo vienen ganando peso varias monedas, inicialmente el Euro y Yen, y más recientemente el Yuan (China).
Esto se da por que el comercio global entre Europa y Asia ha aumentado de manera significativa. Esto hace más probable que el mundo pueda hacer una transición a otras divisas como patrón. En principio ya lo están haciendo, muchas de las reservas internacionales de las economías están denominadas en dólares, euros, yenes.
Pero al final del día, siguen siendo los activos americanos los que tienen mayor mercado a nivel global, y en momentos de tensión siguen siendo el refugio. Por eso es difícil que por el momento otra divisa destrone al dólar como referente global”.
El experto agrega, sin embargo, que “sin dudas el mundo se dirige hacia una atomización de la relevancia económica. Desde un EE. UU. fuerte y solitario, a un triunvirato, con Europa y China también en el juego económico”.