Con la rúbrica “Nada para nosotros, sin nosotros”, la Declaración de Los Pinos, Construyendo un Decenio de Acciones para las Lenguas Indígenas hace un llamado urgente para la preservación de la diversidad lingüística del planeta y sienta las bases de un plan de acción encaminado a ese propósito para el periodo 2022-2032.
La Declaración de Los Pinos (Chapoltepek), dada a conocer este miércoles 15 de julio por las secretarías de Cultura y Relaciones Exteriores del Gobierno de México en conjunto con la Unesco, “es un paso significativo en favor de la preservación de las lenguas indígenas del mundo”, se dijo en la sesión transmitida en la plataforma Contigo en la Distancia y otros medios digitales.
El documento fija las directrices del plan de acción mundial para el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 2019.
La Declaración de Los Pinos surge del Evento de Alto Nivel: Construyendo un Decenio de Acciones para las Lenguas Indígenas, organizado por el Gobierno de México, en conjunto con la Unesco y en cooperación con socios regionales, nacionales e internacionales. El encuentro tuvo lugar los días 27 y 28 de febrero de 2020 en el Complejo Cultural Los Pinos de la Ciudad de México y en él participó el Centro Cultural Tijuana.
El texto urge a “preservar, revitalizar, promover y transmitir las lenguas indígenas a través de entornos educativos y de aprendizaje inclusivo”, insta al empleo de las lenguas indígenas en los ámbitos de la justicia y los servicios públicos, y fomenta su uso “para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres”.
La Declaración de Los Pinos promueve igualmente el “empoderamiento de los pueblos indígenas para garantizar la sostenibilidad ambiental, la biodiversidad y la diversidad cultural, y que permita a los pueblos indígenas beneficiarse de los avances tecnológicos y científicos”.
En otro punto que resulta muy pertinente en momentos en que grandes consorcios internacionales de moda lucran reproduciendo los diseños y formas extraídos de bordados y textiles populares, el documento llama a “apoyar a los pueblos indígenas en la salvaguardia de su patrimonio inmaterial, expresado mediante la lengua, las canciones, los mitos, los juegos de palabras, la poesía y otras tradiciones orales”.
Demanda asimismo “incorporar las lenguas indígenas a las políticas públicas” y recomienda “promover oportunidades de aprendizaje permanente para los educandos y usuarios de lenguas indígenas de todas las edades, géneros y capacidades”.
Otros puntos destacados que plantea la Declaración de Los Pinos tienen relación con “promover la vida sana y el bienestar de las personas indígenas de todas las edades”, así como “promover los intercambios de conocimientos indígenas con la ciencia y la investigación”.
El documento plantea asimismo la necesidad de “proporcionar acceso a registros de conocimientos, tecnologías lingüísticas y medios de comunicación indígenas sostenibles, accesibles, viables y asequibles”.
Por último, la Declaración Chapoltepek propone otro punto decisivo: “Crear un entorno propicio para la iniciativa empresarial y el desarrollo de la pequeña empresa indígena”, lo que redundaría en un gran impulso para el desarrollo económico de las comunidades originarias.
Como se advierte por su contenido, el documento es una apuesta por el futuro tanto de las lenguas indígenas como de los pueblos que las mantienen vivas y adquiere una significación especial en un estado como Baja California, donde existen aún cinco lenguas originarias y decenas más se hablan entre las comunidades de migrantes asentados en su territorio.
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