En estos meses de reclusión, me he hecho esa pregunta infinidad de veces, por supuesto el 8 de septiembre no supe lo ocurrido para que dejara de funcionar mi computadora, y luego ocurriera lo mismo con las de otros usuarios en mi hogar pues hasta el regulador que con todo y parecer funcional, no servía. También ha surgido tal cuestionamiento cada vez que el presidente de nuestro vecino “distante” tiene a bien exagerar en las cualidades de su amigo presidente de México, a tal grado de animarlo a viajar a Washington para visitarlo en la casa blanca. ¿será porque ambos están en procesos electorales? ¿Por qué me llegó mi recibo de CFE a la mitad, en tanto que a mis vecinos se les triplicó el consumo? ¿tendrá que ver con las “vacaciones” de quienes me espían? ¿Será que ya empezó a funcionar el programa para delatar a ciudadanos por supuesta corrupción y en el caso no pudieron encontrar más que mi franqueza verbal?
Indigestada de televisión abierta no acierto explicarme como es que en menos de 48 horas localizaron casi media centena de autos con reporte de robo en la ciudad capital ¿tiene ese espectacular evento alguna relación con el atentado en contra del nieto del general García Barragán? ¿Empezarán a imprimir estampitas milagrosas -de militares, policías o marinos- los líderes de religiones novedosas que de alguna manera conducen el lenguaje de ciertos primeros mandatarios? “a saber” como afirmaba alguna asistente doméstica en aquella época en la que cada cual conocía su posición y los subordinados no callaban sólo por temor; pero si lo hacían temporalmente por respeto a la jerarquía.
Traté de encontrar en la ley que da a las trabajadoras domésticas varios rosarios de derechos para evitar su marginación, maltrato, discriminación y no sé cuántos etcéteras, la defensa en contra del desempleo que ha propiciado en su perjuicio no solo el virus de moda, sino el temor de patronos que prefieren no correr el riesgo de una visita con visos de extorsión del IMSS o el lamentable secuestro de un familiar ejecutado por alguno de los que siguen usándolas desde el entorno externo a su trabajo. ¿qué puede hacer un ama de casa cuando descubre que su ayudante ha sustraído dinero, joyas o ropa de su propiedad?
Surgieron varias empresas de recursos humanos externos que ofrecen capacitación, indagatoria de antecedentes, garantías de todo tipo a quienes prefieran el esquema del mal llamado “Out soursing”, ¿qué hará usted si resulta que el SAT las califica como factureras? Cómo en este caso hay un número amplio de reformas legislativas que parecen carecer de pies o cabeza ¿Cuáles pueden ser los recursos de ciudadanos a los que diputados y senadores dicen representar y saben poco o casi nada acerca de lo que en realidad tales “representados” requieren? Si los afectados no son fifíes o súper ricos –con los cuales la pregunta acerca de qué hacer con ellos sigue en el aire- sino clase medieros de rango alto, medio e incluso bajo ¿les alcanza su ingreso para iniciar juicios de larga duración a fin de que desaparezcan aspectos de inconstitucionalidad, inequidad e injusticia? Como se defenderían estos clase medieros que por causa del confinamiento han debido reducir su alimentación a dos comidas diarias-en el caso de los adultos- para continuar alimentado razonablemente a lo menores en edad escolar?
Me es muy difícil imaginar cómo resumo mi larga lista de cuestionamientos en solo dos cuartillas acerca de lo que está pasando, por lo cual me limito a concluir esta reflexión, ante mi desconocimiento de cuando ocurrió alguna reunión de la Real Academia para dar por bueno el vocablo “Sicariato” y considerar como una expresión juguetona la frase de “jóvenes ninis”. Estoy segura mis estimados lectores, que volviendo a la sabiduría popular –que no del pueblo safio- “no hay mal que dure cien años” cuatro meses de virus ha sido suficiente y múltiplos de esto por lo que nos resta para los temas sociales, políticos y económicos, habrán de pasar porque la gente sana y hasta la enferma, no está dispuesta a seguir aguantando.
De aquí a la semana próxima, solo guarden en sus emociones, las buenas vibras que no pude darles por el día del padre, el respeto a los mayores, la tolerancia a los distintos, los buenos deseos para la infancia, el respeto aun a los muy limitados y sobre todo la esperanza de que podamos ver mejores horizontes. Si acaso mi anterior de fecha 8 de junio sobre «victimas y victimarios» no les llegó, pueden leerlo en Linkedin