Muy malos los datos recientemente publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Se comprueba, una vez más, que íbamos mal y de pronto llegó un choque externo —la pandemia del coronavirus— que está generando una profunda crisis de empleo. Aunado a esto, no existe un buen humor empresarial para invertir en el país. Por el contrario, hay desconfianza.
En abril, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, se perdieron 555 mil empleos. Estamos hablando de los mejores trabajos, los formales que tienen derechos laborales y seguridad social.
Sin embargo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, hasta marzo de este año, casi seis de cada diez trabajadores en México laboraban en la informalidad. Por eso, a la par de los números del IMSS, es muy importante la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la cual toma en cuenta todo el universo laboral mexicano.
Debido a la contingencia sanitaria por el coronavirus, en abril no se pudo levantar la ENOE en viviendas. Las autoridades prohibieron este tipo de encuestas. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, sin embargo, realizó, por primera vez, la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE).
Estrictamente hablando, la ETOE no es comparable con la ENOE. Es más bien indicativa de lo que está ocurriendo en el país, aunque vale la pena destacar que el cuestionario que se aplica es el mismo en ambas.
Vayamos a los resultados.
“La ETOE reportó que la Tasa de Participación Económica en abril de 2020 fue del 47.5% respecto a la población de 15 años y más, cifra inferior en 12.3 puntos porcentuales a la de marzo del mismo año. Esta disminución representa una variación a la baja de 12 millones de personas económicamente activas, principalmente por encontrarse en un estado de suspensión laboral temporal ocasionado por la cuarentena”.
El dato es brutal: en abril, 12 millones de mexicanos suspendieron temporalmente su trabajo. Una barbaridad si se toma en cuenta que la suspensión significa la pérdida de los ingresos que tenían con la incertidumbre de si volverán o no a trabajar.
¡Doce millones de trabajos perdidos en un mes!
Pero también crecieron, en abril, el número de trabajadores subocupados, es decir, personas de 15 y más años de edad que tienen la necesidad y disponibilidad de ofertar más horas de trabajo de lo que su ocupación actual les permite. Se incrementaron en 5.9 millones.
Y para rematar: “En abril pasado, la Tasa de Informalidad Laboral se situó en 47.7 por ciento, cifra menor en ocho puntos porcentuales comparada con la del mes previo. La población informal salió del mercado de trabajo siendo ahora población no económicamente activa con disponibilidad para trabajar. Esta disminución también refleja la suspensión temporal de actividades y la espera de retomarlas”.
Esta semana, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía también dio a conocer los Indicadores de Confianza Empresarial (ICE) correspondientes a mayo de este año que se elaboran a partir de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE). Una de las preguntas que les hacen a los directivos de las empresas es sobre el “momento adecuado para invertir”. La pregunta es: “Comparando la situación actual del país y de su empresa con la de hace un año, ¿Cree que este momento es el adecuado para que se realicen inversiones?”
En todos los sectores —industrias manufactureras, construcción, comercio y servicios privados no financieros— hubo una caída brutal entre mayo de 2020 y mayo de 2019. Si de por sí venía cayendo el apetito por invertir en México, hoy prácticamente es nulo. Son escasísimos los directivos de las empresas que piensan que éste es buen momento para arriesgar más capital en nuestro país.
Mala combinación, entonces, de un país donde se están perdiendo trabajos a raudales y donde las empresas están reticentes por expandir sus operaciones. Digámoslo con todas sus letras: en materia económica, vamos de mal en peor.
Twitter: @leozuckermann