Los escenarios de la economía global ante el COVID-19, han obligado a las empresas a replantear sus estrategias de corto y mediano plazo, mientras que el objetivo de las unidades económicas más vulnerables ha sido resistir los primeros meses de afectación por la pandemia. Ante ello, los Estados nacionales y gobiernos locales han impulsado una serie de medidas extraordinarias para mitigar los daños que ha causado la contracción de la demanda real. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ENAPROCE), en México los más de 4 millones de negocios con menos de diez empleados, que apenas logran subsistir con ganancias netas equivalentes a 77 dólares a la semana.
Actualmente, los programas vigentes de apoyo a microempresarios son dos: Tandas del Bienestar y Créditos a la Palabra. Los dos programas contemplan medidas de transferencia directa en el contexto de la fase 3 del COVID-19.1 Las empresas con mayor solidez y responsabilidad se han sumado al apoyo de los sistemas sanitarios actuando individual y colectivamente. Las cámaras y organismos empresariales, por su parte, se han pronunciado por acciones a favor del empleo y las cadenas de suministro. Dos ejemplos son la Conferencia Nacional para la Recuperación Económica celebrada en la Ciudad de México del 27 al 29 de abril, así como la difusión de los créditos obtenidos por el Consejo Mexicano de Negocios a través de BID Invest para impactar a 30,000 Micro, Pequeñas y Medianas Empresas – en adelante MiPymes- proveedoras. No obstante, la etapa de contingencia productiva aún está por experimentar su fase más crítica, para lo cual se requieren medidas de mediano y largo plazo, y que trasciendan la transferencia limitada de créditos.
La primera parte de este documento ofrece un panorama global de las condiciones económicas enfatizando en la región latinoamericana y México. El segundo apartado presenta en lo general la respuesta que ha tenido el gobierno federal ante la pandemia. En tercer lugar, se describe el contexto nacional de las MiPymes. En el siguiente apartado se sintetizan los esfuerzos de apoyo financiero emergentes y algunos ejemplos de resiliencia empresarial. En la última parte de esta propuesta de contingencia sobre productividad y desarrollo empresarial, se plantea la implementación de una Jornada Nacional de Recuperación Productiva y Empresarial con base en tres ejes: i) las fases de reactivación por segmento productivo, ii) apoyos inmediatos y mediatos a la base productiva en la etapa POST COVID-19, y iii) una estrategia de mediano-largo plazo orientada a la integración de cadenas productivas y a una nueva generación de emprendedores.
El documento de contingencia “Recuperación productiva y empresarial post COVID-19. Las micro, pequeñas y medianas empresas”, se encuentra disponible en: https://www.colef.mx/