Nuestro país aún no está preparado para enfrentar de lleno los desafíos del futuro del trabajo debido a que no se ha definido una política nacional integral sobre cómo México se va a posicionar ante la transformación del mercado laboral derivada de la cuarta revolución industrial.
Alejandro Salafranca, titular de la Unidad de Trabajo Digno de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), aseguró que nuestro país enfrenta un reto en la definición de estrategias, tanto públicas como privadas, para articularse ante el futuro del trabajo, que, entre diversos cambios, traerá la creación de nuevos empleos y la automatización de otros.
Desde la STPS, dijo el funcionario, consideran que el futuro del trabajo ha sido un tema bastante debatido, sin embargo, el país se ha mantenido con “políticas instrumentales pasivas”, a la espera de lo que otras naciones definan como las habilidades que se deben adoptar en el mercado laboral local, en lugar de transitar a un esquema en el que el país defina su vocación productiva en la nueva economía.
Durante su participación en el evento “Yo soy el futuro del trabajo”, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Salafranca expuso que uno de los primeros pasos que debe dar el país para enfrentar los cambios en el mercado laboral es analizar en qué industrias se generarán los nuevos empleos.
Sin embargo, puntualizó que los nuevos empleos que se creen con la transformación digital no pueden ser sinónimo de informalidad y desprotección social, por el contrario, deben ser puestos de calidad y con el componente de trabajo decente.
“Todo esto, en nuestro contexto, es importantísimo hacerlo con una política de trabajo digno, es básico tener políticas de trabajo digno. Por qué es importante esto, porque nuestra realidad es que el 60% de los mexicanos tiene un trabajo informal, eso significa sin protección de seguridad social, eso significa sin jubilación asegurada en el futuro, sin acceso a la salud, sin guardería. Entonces, necesitamos definir políticas amplias, revolucionarias, sostenibles de protección social y de dignificación del trabajo”, puntualizó Alejandro Salafranca.
Automatización, una realidad presente
De acuerdo con IBM, en los próximos 10 años a nivel mundial, 12 millones de trabajadores van a enfrentar retos para adquirir nuevas habilidades por la disrupción tecnológica
Andrea Escobedo, líder de Asuntos Gubernamentales y Regulatorios de IBM México, consideró que la demanda de habilidades también va cambiando con la transformación digital.
“En 2016 el foco estaba en STEM, Ciencias, Tecnología y Matemáticas, software y aplicaciones. En 2018 la demanda se concentró en habilidades esenciales, en adaptabilidad”, agregó la ejecutiva.
En ese sentido, Jaime Valls, presidente de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies), expuso que las universidades enfrentan el reto de mantener actualizados los programas curriculares con las habilidades que demandan las industrias para garantizar la inserción de los egresados en el mercado laboral.
“Estamos seguros de que conceptos como liderazgo, trabajo en equipo, resolución de problemas y aprender a aprender son una serie de retos que los egresados de la educación superior deben aprender y dominar para asegurar un futuro promisorio en el ámbito laboral”, expuso Jaime Valls.
Además, dijo Jaime Valls, no se puede perder de vista la incorporación en la oferta académica de las competencias que se están demandando actualmente a nivel laboral debido a los avances tecnológicos.
Seguridad social para todos, otro reto
El futuro del trabajo plantea diversos desafíos, como la demanda de nuevos servicios por el envejecimiento de la población, la creación de empleos verdes o el cierre de la brecha de habilidades adquiridas en la educación y las demandadas por las industrias. Sin embargo, uno de los retos más importantes es la seguridad social universal.
Soledad Aragón, secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México, expuso que la seguridad social es un derecho que se ha ligado únicamente al empleo formal, dejando fuera a la fuerza laboral de la economía informal.
“El país debe avanzar hacia un nuevo paradigma de seguridad social, en el cual el acceso al sistema no esté supeditado al puesto de trabajo, sino a las personas, independientemente de la trayectoria laboral que se tenga, del tipo de contratación, de la antigüedad en el puesto de trabajo o incluso de los salarios”, acotó..
La funcionaria capitalina puntualizó que las personas deben ponerse en el centro del sistema de seguridad social; para ello se requiere la participación de todos los sectores para definir el financiamiento que hará sostenible al nuevo esquema.
“Por décadas, la seguridad social ha estado anclada a los puestos de trabajo, sólo si tienes un empleo formal tienes acceso a la seguridad social, esto ha generado grandes desigualdades, en un país en donde la tasa de informalidad llega casi al 60% y con la consecuencia de que millones de mexicanos y mexicanas no tienen acceso a atención médica, a servicios hospitalarios, a pensiones, a jubilación, entre otros beneficios de la seguridad social.
«La realidad de la informalidad se ha acentuado y promete continuar a partir de los cambios en los modelos de contratación y producción que la economía global está experimentando”, refirió Aragón.//Factor Humano