El beneficio de usar la política monetaria para reactivar la economía de México sería modesto y el riesgo de hacerlo es elevado, dijo la mayoría de los miembros de la junta de gobierno del banco central del país latinoamericano, según la minuta de su última reunión revelada el jueves.
La entidad recortó a mediados de febrero su tasa clave por quinta ocasión consecutiva en 25 puntos base, para llevarla a 7.0%. No obstante, se mantiene como la tercera más elevada dentro del G-20, en medio de una desaceleración económica.
“Algunos (miembros de la junta de gobierno) consideraron que la postura monetaria actual continúa siendo muy restrictiva, dado el entorno económico”, se lee en las minutas.
La mayoría de los miembros también dijo que se anticipa una menor expansión del PIB para 2020 que en su estimación previa y que el balance de riesgos continúa sesgado a la baja.
Además, sobre el entorno de incertidumbre en las políticas públicas mexicanas, la mayoría de los miembros de la junta de gobierno dijo que podría seguir afectando la confianza empresarial y la inversión en la segunda mayor economía de América Latina.
El instituto local de estadística reveló el martes las cifras revisadas del crecimiento de México, confirmando una contracción de un 0.1% durante 2019, su primer revés en una década.
Las menores expectativas, divulgadas un día después de que se conociera que el PIB local se contrajo en un 0.1% en 2019, se deben también a los efectos de las tensiones comerciales y la desaceleración globales, así como a un deterioro en la calificación de la estatal Pemex y de la deuda soberana.