«El tipo de cambio peso-dólar no se ha visto afectado significativamente, pero en el caso de un atentado o de que las tensiones lleguen a materializarse en algo mayor, el dólar fácilmente subir, lo que puede generar mayores presiones inflacionarias», dijo Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de banco BASE.
Actualmente, la inflación en México está en niveles mínimos: 2.97% anual en noviembre pasado, según datos de Banxico. El peso cotizó en 18.8460 unidades por dólar, cifra que representó una ganancia del 0.38%, frente a los 18.917 del precio de referencia Reuters del viernes.
Para el economista en jefe del Grupo Financiero Ve por Más (Bx+), Alejandro Saldaña, es difícil que llegar a una guerra mundial. «Dependerá de muchos factores tanto económicos como políticos, y hasta el momento no hemos visto una reacción significativa de otros países, como puede ser Rusia», dijo.
Con el escenario en el que no habrá un escalamiento, los movimientos en el precio del petróleo podrían disiparse en los próximos días y precios regresar a a su nivel. «Lo vemos como algo muy marginal, lo veo muy acotado porque es posible que (el conflicto) se disipe en los próximos días», aseguró.
¿Y México?
En caso de que el conflicto se prolongue y el precio del petróleo no baje, México tendría un beneficio en el corto plazo al ser exportador de este energético. Los últimos datos disponibles de Pemex para la cotización de la mezcla mexicana era de 58.88 dólares por barril. Un nivel mayor a los 49 dólares en promedio esperados para todo el año.
«Se ha hablado mucho de que el precio del petróleo podría ayudar a nuestro país en términos de finanzas públicas pues sí puede generar un efecto positivo por los efectos petroleros incluso descontando que importa hidrocarburos refinados», dijo Alejandro Saldaña.
La semana pasasa, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) rechazó pronunciarse sobre el conflicto internacional: “No me meto en eso, eso tiene que ver con política exterior. Ese es otro asunto”, aseguró.
En cuanto a la economía global, el panorama no es tan positivo, ya que este conflicto podría impactar en la confianza y las inversiones.
«Podría lastimar la confianza, la inversión y el desarrollo de la economía global que ya hemos visto que cuando no hay confianza no hay inversión, se desacelera la economía», dijo Saldaña.
Siller, por su parte, asegura que cuando hay conflictos armados tiende a subir el crecimiento económico pero no está relacionado con un mayor consumo sino con mayor inversión en la parte de defensa.
Irán anunció el domingo pasado que abandonaría todas sus restricciones al enriquecimiento de uranio, tomando más distancia de sus compromisos en el acuerdo que firmó en 2015 con seis potencias mundiales, aunque indicó que continuaría cooperando con el organismo de supervisión atómica de Naciones Unidas.
Según los términos del acuerdo, Irán accedía a disminuir sus actividades nucleares a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales.
El gobierno estadounidense se ha negado a dar un informe público de la información de inteligencia que lo llevó a atacar al máximo general iraní, Qasem Soleimani.