No es un secreto que uno de los ejes políticos-financieros más importantes del gobierno de AMLO es aumentar el pago de impuestos a las empresas existentes, aumentar la base gravable de nuevos contribuyentes, y eliminar la “corrupción empresarial” atacando la evasión fiscal. Esta medida es necesaria para el sostenimiento futuro de una población que comienza a envejecer y dada la menor participación que tendrá PEMEX en contribuciones al erario de manera progresiva. Esto implica que México necesita construir una base estructural para mantenerse en punto de equilibrio (es decir, que no tenga que crecer la deuda del país año con año)
Sin embargo, el hallazgo de más de 8 mil empresas que simulan operaciones y emiten facturas falsas, es mucho más espeluznante de lo que parece, pues revela una dura realidad de nuestra economía:
- En México existen casi 130 millones de habitantes
- De esta cifra, surgen 70 millones de contribuyentes
- De ahí se derivan 38.5 millones que trabajan como empleados, un 55%
- Siguen 28 millones de personas físicas en modo de “autoempleo” o “microempresa” que suman un 40%
- Trascienden con ello sólo 2 millones de empresas como contribuyentes, un 3%, de las cuales sólo 1.3 millones permanecen como “activas”, es decir, un 1.8%
- De ese porcentaje, existen alrededor de 5 mil empresas que facturan más de 500 millones de pesos y trascienden a nivel de generación de marca y empleo masivo. Esto es un .007%
- De ese porcentaje, hay alrededor de 200 empresas que han emitido deuda en bolsa, y 140 que han hecho ofertas públicas de capital. Un .0004%.
Con estos datos, podemos ver que el número de 8 mil empresas “falsas”, supera al número de las empresas que facturan más de 500 millones de pesos. De ese tamaño es el problema.
El tema de fondo, queridos amigos, no es por lo tanto que las empresas paguemos más impuestos, sino que nuestro ecosistema empresarial como país está completamente fragmentado, empequeñecido y desaprovechado. Las empresas en México no crecen y no trascienden en su inmensa mayoría, lo cual impacta a la generación de valor en la economía agregada. Los empresarios que hoy se mantienen vigentes son héroes que conforman una minoría que debe enfocarse en crecer, y sin duda deben ser apoyados con políticas públicas de impulso e incentivos fiscales y financieros.
Mi postura es que efectivamente debemos terminar con la evasión fiscal. Abarca demasiado espacio de nuestro entorno económico. No obstante, si dicha medida no se complementa con incentivos y apoyos, se ahorcará a ese 1% de emprendedores que luchan cada día por salir adelante y mantener a millones de mexicanos con el empleo que generan. Que México mejore es un trabajo en equipo empresarios-gobierno, no una lucha frontal.