En el 2019 la industria aeroespacial mexicana exportó 9,500 millones de dólares de acuerdo con la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia).
Desde el 2009 el crecimiento de las exportaciones ha sido sostenido. En ese año alcanzaron los 2,300 millones de dólares y en el 2011 eran ya 4,300 millones de dólares.
En el 2013 llegaron a los 5,400 millones de dólares, en el 2015 a 6,600 millones de dólares y en el 2017 a 7,600 millones de dólares.
El crecimiento del sector ha sido de 14.4% anual en los últimos 15 años. En el 2019 tendrá un crecimiento de 10 por ciento. En un año en que la economía decrece en -0.10 por ciento.
México, por el volumen de las exportaciones aeroespaciales, ocupa el lugar 12 a nivel mundial, pero está en condiciones de mejorar esa posición.
Las exportaciones tienen como destino Estados Unidos en 80.7%, Canadá en 4.7%, Francia 3.5%, Alemania 3.2% y 7.9% a diversos países.
Los grandes jugadores de la industria a nivel mundial ya están establecidos en el país: Airbus, Bombardier, Aerospace, General Electric y Honeywell.
En los próximos 20 años, se estima, necesitan construir entre 40 y 44 mil nuevos aviones, que es el doble de la flota que ahora opera en el mundo.
Eso garantiza el crecimiento de la industria aeroespacial en el país que en los próximos 10 años debería estar exportando 19,000 millones de dólares, según la Femia.
La producción aeroespacial en México está concentrada en la aviación comercial civil. La mayor parte de las exportaciones son motores, fuselajes, trenes de aterrizaje, sistemas de conexión, puertas y otros componentes.
Cinco estados concentran el mayor número de fábricas dedicadas a la elaboración de partes para aviones. Baja California (97), Sonora (58), Chihuahua (52), Querétaro (50) y Nuevo León (33).
En estas entidades se han implementado sistemas de educación técnica y universitaria especializada en la producción aeroespacial. Es una industria que requiere alta capacidad técnica.
La ventaja competitiva de México está dada por el lugar que ocupa, por la calidad de la mano de obra y los costos de producción, en particular de la mano de obra.
El gran reto del sector, para impactar todavía más la generación de puestos de trabajo, es incorporar a las cadenas de producción a las pymes.