Un día recibí una carta de un bufete de abogados en El Paso, Texas exigiendo que me retractara en el mismo espacio y con la misma importancia de lo que había escrito sobre el hermano incómodo del gobernador de Chihuahua y que me comprometiera a no volver a tocar el tema, de otra manera me demandarían. Aunque el artículo se había publicado en Ciudad Juárez, la demanda en El Paso procedía porque yo residía en esa ciudad y ahí se había escrito el artículo.
Hable con un amigo abogado quién me dijo: Es un bluf.
1) Este es un tema de libertad de expresión y no procede
2) El bufete se ocupa de asuntos corporativos no de cuestiones penales, seguro es el que representa al hermano del gobernador
3) Si te demandan puedes hacer dos series de preguntas de cincuenta preguntas cada una, vas a mandar llamar como testigo al gobernador de Chihuahua, la primera pregunta será: Explique el origen de su fortuna. Y ahí terminó el juicio.
La carta era un intento para amedrentar y no se podía satisfacer las demandas por una razón de peso: el gobernador había comprado al periódico (El Norte) que me había expulsado y no publicaría una retractación. Pero además yo no había mentido, Francisco Barrio había trabajado para enriquecer a su hermano Federico al grado que en la campaña sucesoria Patricio Martínez ofreció comparar la fortuna de los Martínez hecha en tres generaciones contra la de los Barrio hecha en cinco años.
Me convertí en el enemigo número 1 del PAN a partir de ese incidente que remató con mi negativa a llegar a “un acuerdo” con el gobernador y de mi publicación en la Revista La Crisis de los resultados de la cuenta pública donde se mostraba fraude y mal manejo administrativo.
Cuando finalmente me senté con Barrio y con su permiso grabe la entrevista, una de las perlas que soltó fue su explicación de un préstamo y su condonación a su procurador Francisco Molina. Barrio explicó que yo no conocía a Molina, que era muy buena gente y que solo de esa manera aceptaría el puesto. Esto es peculado, es un delito y aunque no conozco a Molina, ya ha salido información que hace dudar de su calidad moral.
Esta historia viene al caso porque Javier Corral amenaza con demandar a El Diario en El Paso después de la publicación de un artículo dónde muestra que ilegalmente se apropió de un terreno para ampliar su casa en Juárez. La demanda no prosperara por las mismas razones que fracasó el bluf usado contra mí, pero Corral igual que su mentor Barrio trata de amedrentar al periódico. Sería bueno que vaya a El Paso a explicarle a la corte el origen de su fortuna, ya que siempre ha sido legislador.
No es la primera vez que Corral se lanza contra los medios. Me sacó de un programa de radio en la Ciudad de México usando su posición en el senado, se escudó en el fuero para difamarme y el que tiene un título de universidad patito se atrevió a descalificarme como investigador.
Corral trató de robar a Televisa al negarse a liquidar una línea de crédito usada para su fallida campaña para gobernador, el larguísimo juicio se resolvió cuando la corte le quitó una casa para pagar la deuda.
Cuándo Corral intentó sus pininos como periodista, fue a extorsionar a un priista para que lo financiara en sus ataques al partido en el poder, pero se llevó solamente un consejo para que aprenda a ahorrar, nuca dejó de atacar a esa familia.
A su llegada al poder a la gubernatura por medio de un fraude electoral que he documentado en un artículo publicado en la Revista El Cotidiano (Núm. 215), le declaró la guerra a los medios de comunicación y arremete contra ellos cada vez que ellos, lo que sucede con frecuencia, reportan su manejo frívolo del poder. Mientras el Estado estalla bajo el crimen el se va a jugar golf afuera del Estado y hace uso intensivo de la flota aérea del gobierno para sus diversiones.
La gente está harta con Corral, incluida la izquierda engañada con el falso frente para la elección, es abucheado en los actos públicos y en la última visita de AMLO solo alcanzó a balbucear un minuto y medio en Ciudad Juárez, En Nuevo Casas Grandes ya no se atrevió a hablar.
Los “intelectuales” que lo apoyaron en su aventura política y sus sueños tempranos y guajiros de ser presidente en el 2024 parecen haberse alejado después de haber sido bien agasajados.
Corral al igual que su mentor Francisco Barrio es un fraude, con lo que hace honor a la calidad del proceso que le permitió llegar al Palacio de gobierno.
La economía chihuahuense se sostiene por las maquiladoras y la promoción del sector privado, pero las tareas del gobierno, como la seguridad, le quedan demasiado grandes a Corral, quién opta mejor por hacer deporte que por atacar la complicidad que desde su partido sale con el crimen, como fue el caso de Miroslava Breach a quién se negó a proteger y de cuyo asesinato no da cuentas.