Caminar por las calles de Puebla durante la noche, nos remonta a los tiempos en los que la ciudad fue fundada, según se dice, con complicidad de los ángeles. Las fachadas de las antiguas casas coloniales, se iluminan con la luz de la luna y de los faroles, creando un ambientes de tranquilidad y romanticismo.
Hay muchas razones por las que Puebla es un estado angelical. El sabor del pasado se siente en el diseño arquitectónico y en algunos nombres que hacen alusión a su historia, y uno de ellos es la Casona de los Sapos, una preciosa unión de tres casas del siglo XVII que hay es un hotel boutique desde el que podemos deleitarnos con vistas al Centro Histórico de la ciudad desde sus balcones, o ver pasear a las personas por sus hermosas calles, o imaginarnos la vida de antaño al contemplas la plazuela y el patio interior.
Se ubica en la Plazuela de Los Sapos, llamada así porque durante el virreinato se formaban ahí estanques de agua proveniente del río San Francisco, donde habitaban en abundancia sapos y ranas que llenaban los días, y las noches, con sus particulares cantos.
La Casona de Los Sapos conserva el encanto colonial de su diseño, y en cuanto de entra, se respira un aire de relajación y comodidad, donde los huéspedes somos tratados con el calor de una familia amorosa. En tan sólo 16 habitaciones y 3 suites, se despliega el encanto de antaño, combinado con el lujo del presente, tecnología y los servicios más exclusivos, logrando una atmósfera única de confort.
Durante la remodelación y adaptación de las casas, se respetaron varios de los muros originales de las habitaciones y salones, en una vitrina se exhiben algunos objetos antiguos encontrados durante la restauración, y se conservaron los vestigios de la primera talabartería poblana, que contaba con pozos, que aún se pueden ver, donde se extraía el agua para tratar las pieles.
Pero además de ser una joya del pasado, en la Casona de los Sapos se fomenta el arte contemporáneo en su Galería de los Sapos Arte y Subastas, donde hay obras de arte de grandes pintores: Pablo Picasso, Joan Miró, Salvador Dalí, Marc Chagall, Bernard Buffet, Andy Warhol, Rufino Tamayo, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Jose Luis Cuevas, Henri Matisse, Santiago Carbonell, Francisco Toledo, y muchos más.
La gastronomía poblana, tan famosa y querida, hace gala en sus restaurantes. En su panadería Au Pain Chaud, se prepara pan artesanal, y sus orejas gigantes y el chocolatín francés son tentaciones que nos invitan a regresar, y todas las piezas están disponibles en los desayunos, comidas y cenas en Le Crapaud, otro de sus restaurantes, donde los platillos son una combinación de las gastronomía francesa e italiana. En el Maizal, cada platillo es un viaje por los sabores de México, en especial los poblanos, que resaltan la gama de colores, texturas y sabores únicos que tanto nos gustan.
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