Con la conferencia titulada “José Vasconcelos: caudillo cultural”, a cargo del escritor, editor y maestro universitario Patricio Bayardo Gómez, el Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura, conmemoró este martes 12 de noviembre el Día Nacional del Libro en colaboración con el Seminario de Cultura Mexicana corresponsalía Tijuana.
Figura polémica, si las hay, de la historia del siglo XX mexicano, Vasconcelos fue un personaje de claroscuros, reconoció el conferenciante, pues si por un lado se destaca su labor como secretario de Educación Pública de 1921 a 1924 y su candidatura a la Presidencia de la República en 1929, hacia el final de su vida abrazó la ideología fascista.
El maestro Bayardo subrayó el hecho de que desde que ocupaba la rectoría de la Universidad Nacional, entre 1920 y 1921, Vasconcelos redactó un documento que envío al Congreso de la Unión para crear la Secretaría de Educación Pública en el que ofreció pruebas de su actitud visionaria, pues entre otros puntos, proponía lo que llamó Federalización de la Enseñanza que buscaba “favorecer a los municipios obligando a los estados a sostener escuelas y estructurar un sistema educativo”.
Ya como secretario de Educación, Vasconcelos desplegó su magisterio poniendo en marcha “una intensa campaña alfabetizadora” por medio de la cual “se implementan programas de hábitos de aseo, alimentación, deportes, se construyen albercas en escuelas, se instauran los desayunos escolares para alumnos de escasos recursos y se crearon escuelas industriales”, refirió el maestro Bayardo.
Señaló que en los tiempos en que Vasconcelos dirigió la Secretaría de Educación Pública entre 1921 y 1924 “se instruyó a los maestros rurales para que a la par de las nociones elementales de español, matemáticas, geografía e historia, inculquen un oficio, al mismo tiempo que centenares de músicos y pintores sumados a las Misiones Culturales recorren el país para formar coros, orfeones, orquestas y rescatar la música popular”.
Otro de los hechos que marcaron la gestión de Vasconcelos al frente de la SEP fue su labor editorial: “De la imprenta oficial se reparten millares de cartillas para alfabetización, folletos para enseñanza elemental y secundaria, se traducen libros y se editan 17 títulos de autores de diversas lenguas y culturas, los llamados clásicos. En esta labor están los escritores Gabriela Mistral, Julio Torri y Jaime Torres Bodet”, refirió el conferenciante.
“Una turba de despistados se burlaba del esfuerzo vasconceliano por editar los famosos clásicos de pasta verde y no faltó quien opinaba que era un contrasentido hacer estas publicaciones en un país con 9 millones de analfabetos, ignorando la existencia de otros 3 millones –maestros, profesionistas, gente de libros– que abrevó en ellos”, indicó el maestro Bayardo.
Por lo demás, añadió, en la cruzada vasconcelista la promoción de las bibliotecas corrió paralela a la alfabetización, la construcción de escuelas, la enseñanza de oficios, el rescate de las tradiciones mexicanas y las misiones culturales.
Un logro más de Vasconcelos fue el muralismo mexicano que se “inicia con el llamado a jóvenes pintores de la época para utilizar los muros de edificios públicos: Diego Rivera, Roberto Montenegro y Adolfo Best, entre los primeros en atender la convocatoria”.
La importancia que el autor de “Ulises criollo” concedía a la educación quedó consignado en el presupuesto que solicitó durante su primer año al frente de la SEP: 48 millones de pesos, cuando Porfirio Díaz destinaba 6 millones, Madero, 12, y Carranza, otros 6, afirmó Bayardo Gómez.
No obstante, “uno de los juicios en torno a la figura de don José Vasconcelos”, reconoció el conferenciante, “son sus contradicciones ideológicas, sus cambios de opinión en materia filosófica, política o religiosa”, así, se tiene a “un Vasconcelos liberal en su juventud, socialista en su madurez y pro fascista en su senectud”.
Pese a ello, “arrastrando sus contradicciones, opinando con frases incisivas y demoledoras hasta el fin de sus días, con admiradores y enemigos, la figura de Vasconcelos como caudillo cultural sigue siendo el punto de referencia de ese renacimiento humanista de la segunda década del siglo XX mexicano”, concluyó el maestro Bayardo Gómez.