Este 20 de noviembre de 2019 entró en vigor el decreto que abroga los Decretos de Declaratorias de las Zonas Económicas Especiales que propuso el sexenio anterior, por lo cual sería benéfico transformar a Zonas Económicas Estratégicas (ZEE), dado que son mecanismos que han demostrado ser detonantes de inversiones y desarrollo.
Así lo dio a conocer el Dr. Octavio de la Torre de Stéffano, Presidente de TLC Asociados, quien mencionó que el decreto recién publicado abrogó las declaratorias de Zonas Económicas Especiales de los puertos de Chiapas, Coatzacoalcos, Lázaro Cárdenas-La Unión, Progreso, Salina Cruz, Campeche y Tabasco.
“Desde la publicación de la Ley de Zonas Económicas Especiales, nuestro grupo estableció que era necesario modificar dicha disposición, en su momento propusimos transformarlas en Zonas Económicas Estratégicas, reformando dicha Ley que aún está vigente”, expuso.
Para ser considerada bajo alguna modalidad de “Zona”, explicó, debe encontrarse dentro de un territorio delimitado, ofrecer incentivos administrativos, disminución de normas y regulaciones que atiendan a la facilitación comercial, ventajas operativas para detonar el desarrollo regional o transfronterizo.
Asimismo, gozar las inversiones de beneficios tributarios y que los procesos sustanciales de transformación y logísticos estén alineados con la implementación tecnológica y de mejores prácticas, con el fin de atraer capitales que promuevan el desarrollo económico de acuerdo con la vocación de una región determinada.
De la Torre de Stéffano, abundó que la mayoría de las Zonas Económicas ofrecen a los inversionistas orientados a la exportación tres principales ventajas: Entorno aduanero especial con una administración aduanera eficiente y, generalmente, con acceso a insumos importados libres de aranceles e impuestos.
También infraestructura y servicios básicos, y una gama de incentivos fiscales que incluyen la exoneración de impuestos corporativos y reducciones, además de un entorno administrativo simplificado.
Otros grandes beneficios de los que gozan las áreas de zona franca, además de los beneficios en impuestos mencionados, son los de una ubicación geográfica estratégica, cerca de aeropuertos, puertos o importantes vías terrestres, lo que facilita el transporte de las mercancías.
De acuerdo con el Reporte de Inversión Mundial 2019 (WIR 2019, por sus siglas en inglés) de la Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), las Zonas Económicas Especiales son un esquema con tendencia mundial que han llegado a ser casi 5 mil 400 en el mundo, en comparación con 4 mil que existían hace 5 años, mientras que otras 500 zonas están en etapa de proyecto.
Octavio de la Torre refirió que actualmente, de las 194 economías en el mundo, más de 147 cuentan hoy con este tipo de zonas, incluso en los últimos años se han integrado en la variable los sectores de servicios financieros o el turismo.
“En México, desde el sexenio pasado se tenía el proyecto de crear 7 de estas Zonas Económicas Especiales, no obstante, hace varios años expuse que la aprobación de la Ley y la creación de las ZEE serían insuficientes para detonar el crecimiento”, destacó.
De acuerdo con el Presidente de TLC Asociados, es necesario desarrollar la Ley para la competitividad comercial y la industrialización en México; reformar la Ley de Zonas Económicas Especiales, modificarla para crear esquemas de Zonas Económicas Estratégicas; ciudadanizar la propuesta; impulsar la certificación de empresas.
Asimismo, modificar el artículo 6º de la Ley para establecer criterio diferenciado y detonar las zonas comerciales e industriales bajo criterios adicionales: Ubicación geográfica, competitividad y mano de obra calificada; mercados internacionales de consumo y demanda; facilidad de atraer capitales extranjeros; eliminar el criterio poblacional y la pertenencia a entidades federativas de alta marginación; zona de influencia con Áreas Geo estadísticas Básicas en zonas urbanas o rurales con rezago social alto y medio.
Para finalizar, el Dr. Octavio de la Torre precisó que hoy en día se encuentra en estudio una zona libre a lo largo del Istmo de Tehuantepec, con seis parques industriales de 500 hectáreas cada uno, en tanto que en Baja California se insiste en crear una zona franca, zona libre o zona especial.