De acuerdo con un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la mayor fuente de recaudación para todos los países de América Latina provienen de impuestos derivados de bienes y servicios, excepto para México.
Así lo señaló el Lic. Jorge Pickett Corona, abogado fiscalista, quien indicó que la recaudación tributaria en México, medida como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), es la menor dentro de los países miembros de la OCDE.
Al respecto, el mayor rezago se presenta es en la recaudación de gobiernos locales y los impuestos al capital, expuso, como impuestos sobre la propiedad e impuestos sobre la riqueza.
“El impuesto en donde la recaudación está mejor posicionada con respecto a los demás países de la OCDE, es el de impuestos al ingreso de las personas morales”, apuntó.
Pickett Corona refirió que la baja recaudación observada obliga a discutir la necesidad de una reforma fiscal, analizando a fondo la recaudación de gobiernos locales y los impuestos al capital.
A pesar de que los ingresos tributarios en México aumentaron en los últimos seis años en poco más de 4 puntos, para llegar a 16.2% del PIB, detalló, la cifra es menor al 22.8% del promedio de América Latina.
El abogado fiscalista agregó que reportes presentados por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), hasta agosto de 2019, se tenían inscritos 75 millones 746 mil 854 ante el Registro Federal de Contribuyentes, es decir, el 54.7% de la población económicamente activa, unos 29 millones de mexicanos, no contribuye al fisco, provocando una pérdida anual 485 mil millones de pesos.
“La evasión y elusión de impuestos en México ha ocasionado pérdidas en la recaudación de entre el 2.6% y el 6.2% del PIB, de acuerdo con estimaciones realizadas por la Dirección General de Finanzas del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República (IBD)”, señaló.
Mientras que el documento Alternativas para reducir la evasión y elusión de impuestos de las Empresas “Factureras” o “Fantasmas”, elaborado por los investigadores del IBD, menciona que el uso de facturas falsas ha afectado a las finanzas públicas y el bienestar económico, al reducir la disponibilidad de recursos públicos que el gobierno puede orientar a cumplir con sus funciones.
Por último, Pickett Corona destacó que por ello el gobierno federal debería alentar al comercio informal a inscribirse a contribuir en el gasto público, pues si bien es cierto que se creó el Régimen de Incorporación Fiscal, sus resultados no han sido tan favorables en cuanto a la recaudación.