El Banco Mundial ajustó este jueves sus perspectivas de crecimiento de México para este año a 0.6 por ciento, cifra inferior al 1.7 por ciento previsto el pasado junio.
Para 2020, las expectativas tampoco son alentadoras, ya que su visión de crecimiento para el país también las modificó a la baja, al pasar de un estimado de 2 por ciento a uno de 1.5 por ciento.
El organismo prevé que la desaceleración económica del país se mantendrá en el corto y mediano plazo.
De acuerdo con el informe semestral de la región América Latina y el Caribe ‘¿La integración comercial como un camino de desarrollo?’, el organismo afirmó que los países latinoamericanos han vuelto a mostrar lentas tasas de crecimiento, debido en gran medida a la debilidad que están mostrando las tres economías más grandes de la región.
“Argentina está sumida en otra crisis económica, Brasil acaba de salir de una recesión y México padece una desaceleración económica”, dijo Martín Rama, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
El informe reveló que una posible explicación del lento crecimiento económico de la región de América Latina y el Caribe es su integración relativamente baja en el comercio internacional y las cadenas de valor globales.
“Esta baja apertura externa de la región no se debe a la geografía, sino a decisiones de políticas públicas, fundamentalmente en los países del lado del Atlántico, que han mantenido las restricciones al comercio en un nivel más elevado que la mayoría de las otras regiones en desarrollo”.
Acuerdos como el T-MEC reflejan ‘claroscuros’
El Banco Mundial consideró que acuerdos comerciales como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y el de la Unión Europea-Mercosur pueden tener un efecto global positivo considerable sobre el crecimiento, pero que también existen posibles efectos negativos.
“La producción intensiva en mano de obra calificada probablemente aumente en México, así como la producción ganadera y de soja en los países del Mercosur, sin embargo, el alcance de la reestructuración sectorial será limitado; de hecho la participación de los sectores agropecuario y manufacturero se mantendrá prácticamente sin variaciones”, puntualizó.
Para el organismo, el principal beneficio económico vendrá del aumento previsto de la complejidad económica, dado que estos nuevos acuerdos “profundos” implican un mayor nivel de competencia interna y estándares más elevados.