La personalidad y la obra de la poeta Pita Amor fueron protagonistas de una conferencia ofrecida en días recientes por la escritora Silvia Molina en la Sala Federico Campbell del Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura, en el marco de las XI Jornadas Vizcaínas 2019.
La trayectoria de Silvia Molina como narradora y ensayista la sitúa como una autora reconocida internacionalmente, ganadora entre otros del Premio Xavier Villaurrutia 1977 por “La mañana debe seguir gris”; Premio Antonio Robles de Literatura Infantil 1984 por “La creación del Sol y de la Luna”; Premio Nacional de Literatura Infantil Juan de la Cabada 1992 por “Mi familia y la Bella Durmiente cien años después”.
Molina, quien fuera la primera mujer en presidir del Seminario de Cultura Mexicana y vocal de la Sociedad Alfonsina Internacional, ofreció la charla “Pita Amor. Un mito maravilloso” señalando que se trata de “una extraordinaria poeta que fue realmente reconocida y glorificada en su época por escritores de primera talla como Alfonso Reyes”.
“Desgraciadamente hay que hablar de su epopeya mítica, de la leyenda de la locura de Pita Amor, para conocer a la escritora de manera integral, pero lo que persevera es su literatura, su poesía que fue extraordinaria y escribió muchísimo, tenía una gran facilidad para versificar y de todo hacía un soneto”, explicó Molina, quien fuera también merecedora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz 1998 por su libro “El amor que me juraste”.
“Desde niña Pita Amor fue y se sabía genial, desde entonces cultivó su egoísmo a tal grado que le perjudicaba”, apuntó Molina al señalar que “en sus poemas habla de esa sensación de estar divida en dos, entre lo serio y la locura; sufrió mucho por la pérdida de su hijo y su soledad, y la gente se cansaba de estar alrededor de ella por la necesidad de reconocimiento”.
El padre de la conferencista entabló amistad con Pita Amor, quien en 1946 le obsequió y dedicó la primera edición de su libro “Puerta obstinada”, recordó Silvia Molina, quien mostró un tono sensible al recordar que la poeta “entraba en los restaurantes y vendía sus poemas y sus autorretratos, y se enojaba cuando no le querían comprar o pagar menos de lo que pedía, pero al mismo tiempo necesitaba la compañía de gente que la adorara, que la reconociera”.
Molina, quien ostenta un doctorado Honoris Causa otorgado por la Universidad Autónoma de Campeche, habló de la importancia de recrear la obra poética de Pita Amor; “creo que el libro ‘Yo soy mi casa’ fue el que le abrió las puertas con la gente del medio que estaba en el candelero, y quienes reconocieron inmediatamente la calidad de su obra, que no se han reeditado, ni ese ni los doce libros que escribió, y quisiera que alguien, por ejemplo el Fondo de Cultura Económica, retomara su obra, desgraciadamente, lo único que ha reeditado son ‘Las décimas a Dios’”, lamentó la escritora.
“Ha llegado el momento de dedicarme totalmente a escribir, que es lo que más me gusta”, confesó al final de su charla Silvia Molina, quien se ha desempeñado como directora de Publicaciones del INBA; profesora visitante en la Brigham Young University de Utah; agregada cultural en la Embajada de México en Bruselas y directora de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA, además de su cargo al frente del Seminario de Cultura Mexicana.