Ha concluido la primera mitad del año dejando atrás celebraciones importantes en las que seguramente se efectuaron gastos, además, la situación económica ha estado atravesando por diversos cambios. En el segundo semestre, aunque se perciben flujos de ingresos importantes, como el aguinaldo, también se atraviesan eventos que, financieramente hablando, son importantes de considerar: vacaciones, regreso a clases y los días festivos… por lo que, es un buen momento para hacer un balance de cómo van las metas propuestas en un inicio.
¿Siguen sin rendirte las quincenas? ¿Llevas un registro de gastos? ¿Has empezado a invertir? ¿Qué tal va tu plan de retiro? ¿Planeaste con antelación tus vacaciones? … Tal vez, después de estas preguntas, tus metas requieren una pequeña ayuda.
Y es que en los últimos ejercicios para medir la alfabetización financiera, la población de México sigue por debajo del promedio de calificación de los países del G20[i]. “Tal parece que, para muchos las finanzas personales son su ‘talón de Aquiles’, sin embargo, tener una buena relación con el dinero y crear un patrimonio, no es tan difícil como parece”, expresó Rodrigo Iñiguez, Director Comercial de Canal Independiente de Skandia México.
Para ello, el experto en finanzas indicó que lo primero es identificar los rubros que requieren especial atención para reducirlos y generar oportunidades de ahorro y previsión hacia el futuro. Ante esto, ofreció una lista de los gastos más comunes en los que se propicia una importante fuga de dinero:
- La tentación de las rebajas: no es malo aprovechar algunos descuentos, sin embargo, es importante aprender a comprar y no gastar lo que no se tiene y, sobre todo, no perder de vista las metas importantes por tener un vestido, zapatos o videojuegos nuevos, que no son de vital importancia.
- Vacaciones no planeadas: el ‘aventurarse’ a salir de vacaciones de verano en último momento puede ser un gran golpe para el bolsillo. Las tarifas de vuelos u hospedaje pueden incrementar hasta en un 35%, a diferencia de si se hubieran adquirido con 3 o más meses de antelación, lo que podría orillar a adquirir deudas, o en el mejor de los escenarios, se habrá perdido la oportunidad de ahorrar ese porcentaje.
- Tarjetazos al por mayor: este punto es para los que son fans de las tarjetas de crédito, principalmente para quienes las utilizan como ‘rescate’ de su desastre financiero. Y, es que el problema no es el uso de esta herramienta, sino el hecho no entender cómo funciona y entrar en un ciclo sin fin de pagos e intereses.
Puede parecer muy sencillo utilizar el crédito para los gastos con los que no se cuenta en el presupuesto definido, pero, el siguiente mes se tendrán gastos fijos más lo que se sumaron al plástico y para lograr llegar al próximo ingreso se utilizará nuevamente la tarjeta… hasta que, en algún momento, sólo se tenga para pagar el mínimo, lo cual representa tirar el dinero en intereses.
- Uso excesivo de servicio de trasporte privado: un pequeño gran lujo que, si bien puede ayudar a llegar a tiempo a una reunión, evitar la lluvia en esta temporada o impedir la fatiga del uso de transporte público; un viaje puede costar el presupuesto destinado a este rubro de, aproximadamente una o dos semanas, dependiendo la distancia y tarifa vigente.
- Vicios: cigarro, cervezas, dulces para botanear en horas de oficina, el café de prestigiadas marcas… Los que consumen a diario alguno de estos productos podrían sorprenderse de cuánto podrían estar ahorrando si disminuyeran o sustituyeran la compra diaria de, por ejemplo, un café vs cargar un termo con esta bebida preparada en casa; comprar golosinas en horas de trabajo vs llevar colaciones como fruta, verdura picada, etc. Todo esto, sin contar el impacto positivo que traería a la salud.
Ser conscientes del dinero que se destina a rubros como los anteriores, es un proceso que ayudará a planear mejor el camino a seguir para lograr los objetivos inicialmente planteados. Skandia, expertos en finanzas personales, también recomiendan no frustrarse e ir paso a paso:
- Primero elige dos metas (una a corto y otra a largo plazo) que verdad desees alcanzar.
- Pon fechas para lograrlas, tomando en cuenta tu actual circunstancia, es decir: sé realista.
- Detecta en qué puedes ahorrar y modifica hábitos.
- Crea un plan de acción. Puedes solicitar asesoría financiera y comenzar a invertir, de acuerdo a tu personalidad y objetivo.
- Piensa en tu retiro, por más lejano que lo veas, y ahorra a largo plazo. Tú eres el responsable de tu jubilación.