Muchos hemos leído acerca de la reproducción canina y de la importancia de buscara los «mejores» ejemplarespara comenzar nuestro trabajo de crianza. Estos ejemplares los elegimos de diversas maneras, ya sea por simple vista, porque nos guiamos sobre lo que nos dicen personas con más experiencia en este tema, por líneas, por títulos de belleza y, en algunas razas como el Pastor Alemán, por títulos de trabajo.
Sin embargo, esta última característica no siempre se toma en cuenta en razas menos trabajadas como lo es el Terranova. Esto no quiere decir que no sea importante, simplemente significa que en la crianza del Terranova no es un elemento que pese tanto. Esto puede llegar a ser un grave error… Recordando que la crianza responsable busca mantener o mejorar una raza ya existente y evocando que todas las razas caninas tienen una función zootécnica, sería sencillo deducir que el temperamento del perro resulta sumamente importante.
PERO, ¿POR QUÉ SE LE DA MÁS IMPORTANCIA AL ASPECTO FÍSICO?
Para empezar, hay que mencionar que es lo primero que uno ve en un perro. Cuando se nos presenta un ejemplar, lo más explícito son sus características físicas, por lo que es evidente que sería lo primero que vamos a juzgar en un perro para considerar si es apto o no para la crianza (dentro de nuestro juicio y punto de vista muy personal). El temperamento del perro no es algo sencillo de juzgar, no nos podemos basar únicamente en lo que hemos o no visto en ejemplares en revistas, exposiciones, internet… El temperamento sólo puede juzgarse cuando se tiene conocimiento de él y de la conducta de muchos ejemplares de muchas razas y de muchos perros en general. Por lo tanto, se convierte en un aspecto más difícil de medir y de observar. Suponiendo que un perro se comporta tranquilamente en un ambiente de show, pero que en un parque tiene disparadores que lo vuelven agresivo, aquél que considere a este ejemplar adecuado para su plan de crianza porque en las exposiciones se comporta de manera adecuada, estaría cometiendo un error inocente que puede perjudicar totalmente el resultado que obtenga en el temperamento de sus crías.
Es definitivo que resulta «inconveniente» en muchas ocasiones medir el temperamento de un ejemplar ya sea porque no se cuenta con el conocimiento suficiente, no se tienen las herramientas para realizar una medición adecuada o bien, porque muchos realizamos cruzas con ejemplares que se encuentran en otros países, lo que multiplica la problemática de cómo medir el temperamento de un perro.
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