Una obra de arte de “estilo ecléctico”, Shangri-La Paris se ha convertido en uno de los hoteles más icónicos de Paris. Originalmente construido en 1896 como el hogar del príncipe imperial francés Roland Bonaparte, este espectacular hotel es una encarnación del autentico espíritu francés, un portal a su pasado y a su historia que nos envuelve en un mundo de fantasía.
La magia comenzó en mayo de 1891, cuando el Príncipe Roland Bonaparte compró más de 3,000 metros cuadrados de terrenos en la sofisticada avenida d’Iéna en el distrito 16 de París, que sigue siendo hoy en día el barrio más elegante de la ciudad. El príncipe encargó al arquitecto Ernest Janty, famoso por su trabajo de reconstrucción en los palacios del Louvre y Tuileries para Napoleón III, diseñar un hogar elegante y áreas espectaculares para recibir huéspedes notables.
Ubicado entre la estatua de George Washington y el Río Sena, el príncipe seleccionó el sitio por su proximidad al río y su ubicación estratégica en el corazón de las escenas urbanas y sociales más emocionantes de la capital de Francia. Hoy en día el hotel además goza de una de las vistas más codiciadas de Paris: La Tour Eiffel.
Las insignias imperiales y los monogramas ornamentados del príncipe Roland Bonaparte, sutilmente integrados en la arquitectura, se complementan con la influencia asiática en la decoración y el ambiente del hotel y sus restaurantes – dos de los cuales tienen estrella Michelin –, bares y salones.
Uno de estos, La Bauhinia, toma su nombre de la flor icónica que adorna la bandera de Hong Kong. Parte de la familia de las orquídeas, la flor de cinco pétalos también es una referencia a la pasión del príncipe Roland Bonaparte por la botánica, ilustrada por su herbario, que incluyó más de 2.5 millones de muestras.
La Bauhinia es el centro social del hotel – ubicado debajo de su magnífica cúpula de vidrio y acero de inspiración de Eiffel de la década de 1930. El amplio y luminoso salón restaurante y su extenso menú, que abarca platos clásicos occidentales y orientales, centrándose en auténticos favoritos tradicionales, nos sumergen en lo más auténtico de una experiencia clásica Shangri-La.
Este hotel, además de ser una obra maestra, es hogar a grandes obras de arte itinerantes. El hotel Shangri-La, París, actualmente exhibe once obras del fotógrafo francés con raíces vietnamitas, Jean-Baptiste Huynh, en una continuación de la exposición INFINIS D’ASIE, en el Museo Nacional de Artes Asiáticas de Guimet. Los huéspedes podemos descubrir o redescubrir las fotografías de un artista autodidacta, que ha ganado numerosos premios y distinciones.
Hoy, el edificio icónico una vez más da la bienvenida a parisinos y viajeros del mundo dentro de sus muros, 114 años después de que el príncipe abriera las puertas de su palacio residencial a la sociedad parisina. Una joya en el corazón de Paris; Shangri-La es un portal a la magia de esta fascinante ciudad.