El viernes 7 de junio se dio a conocer que México llegó a un acuerdo con Estados Unidos, en el que se compromete a disminuir los flujos migratorios que arriban a la frontera norte, ésto con el fin de evitar una imposición de aranceles del 5% a las importaciones mexicanas. Sin embargo, el presidente Donald Trump dio un plazo de 45 días para solucionar el tema de los migrantes, de lo contrario aplicaría aranceles que aumentarían hasta llegar al 25%.
Para el director del Departamento de Estudios Económicos de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), Dr. Eduardo Mendoza, la aplicación de aranceles a la importaciones tendrían consecuencias catastróficas para la economía mexicana.
“En 2018 el valor de las importaciones de México a Estados Unidos fue de 346 mil millones de dólares. Una imposición de 5% en aranceles provocaría que se perdieran 20 mil millones de dólares, si sube al 25% serían pérdidas con un valor de 88 mil millones de dólares”.
De acuerdo al especialista, los sectores más afectados por la imposición de aranceles serían el automotriz, que exporta 93 mil millones de dólares; productos electrónicos con un valor de 66 mil millones y petróleo con 15 mil millones.
Ante este escenario, diversos sectores han señalado la importancia de diversificar el comercio de México hacia otros países, sin embargo, para el Dr. Mendoza esto funcionaría en el mediano y largo plazo, dado que se tienen que contemplar el tamaño de las economías de otros países y los costos de transporte, entre otros indicadores.
El Dr. Mendonza señala que una medida a corto plazo podría ser apostar a la política interna de Estados Unidos. Aprovechar la relación comercial existente en estados como Texas, California y Michigan, así como en Wall Street o la industria automotriz, así como imponer aranceles a ciertos productos que exporta Estados Unidos a México, para que estos sectores presionen al presidente Donald Trump de no imponer aranceles. Pero puntualiza en que esta medida sería más de corte político que económico.