La influencia teotihuacana es notoria en la civilización maya, planteó la investigadora Claudia García-Des Lauriers en la Conferencia Mensual Iraís Piñón, ciclo que retoma el trabajo de difusión de los pueblos originarios que realizara por varios años la recientemente fallecida ex coordinadora del Programa Pueblos y Culturas Indígenas del CECUT.
Para esta primera charla en honor de Piñón, García-Des Lauriers tituló su alocución “Paisaje sagrado, paisaje estratégico: La arqueología de Los Horcones, Chiapas, México”, debido que ese sitio alberga rasgos de la presencia teotihuacana en la cultura maya; “durante el clásico temprano del 200 al 600 d. C., Teotihuacan dejó muchos rasgos en los principales lugares mayas asentados en Chiapas”, explicó la investigadora.
“Los Horcones es importante, aunque no es un sitio grande, porque estaba ubicado en un lugar muy especial que permitió a los teotihuacanos controlar la ruta de comercio hacia el Soconusco, una de las regiones más ricas de Mesoamérica, de donde venían el cacao, las pieles de jaguar, así como las conchas y las plumas que servirán de ornamento a los miembros de las clases encumbradas”, precisó la doctora en Filosofía por la Universidad de California en Riverside.
“Controlaban no sólo el comercio de la obsidiana para piezas utilitarias sino la riqueza que necesitaban las élites teotihuacanas y mayas para distinguirse de la gente común”, afirmó la investigadora y expuso que los estudios actuales aún tienen mucho que indagar sobre la desaparecida civilización que se asentó en el centro de lo que hoy es México y “aún hoy discutimos si se trataba de un imperio y si recibía estos materiales como tributo o intercambio”, sentenció.
García-Des Lauriers reveló que “los más recientes trabajos de investigación nos muestran que Teotihuacán tuvo influencia en la región maya, y que era una ciudad pluriétnica, multilingüística, multicultural y que había extranjeros de toda Mesoamérica viviendo en sus barrios, algunos eran visitantes distinguidos, otros comerciaban y algunos más fueron sacrificados especialmente en la Pirámide de la Luna, donde encontramos un entierro en que se sabe había miembros de la élite maya”.
“Hay muchos indicios de la influencia teotihuacana en la zona maya, Los Horcones es un sitio mixe-zoque, pero el mismo rasgo se observa también en ciudades como Copán y Tikal, en la que hay indicios de esas conexiones”, aseguró la docente del Departamento de Geografía y Antropología de la Universidad Politécnica del Estado de California en Pomona, antes de afirmar a manera de conclusión que “existen textos que indican que uno de los nobles teotihuacanos fue aceptado en la dinastía maya durante el periodo Clásico temprano, en una fecha que tenemos marcada exactamente como el año 378 d. C.”.