Armenia se encuentra en la región montañosa del Cáucaso, entre Asia y Europa. Un país de volcanes, iglesias y joyas arqueológicas, Armenia es una fascinante combinación de culturas y de historias.
Situada en la confluencia continental de la Ruta de la Seda, Armenia es a menudo eclipsada por sus vecinos más grandes de Eurasia. Esta es una buena noticia para los viajeros culturales, ya que Armenia se ha mantenido en gran medida al margen del turismo, especialmente los pueblos rurales y las aldeas de montaña.
Armenia fue el primer país del mundo en adoptar el cristianismo como religión del estado, en el año 301 d. C. Las iglesias antiguas de Armenia, complejos masivos y extensos de ruinas anidadas en los cañones y montañas, están entre las mejor conservadas del mundo.
Érevan, la capital de Armenia, es conocida como la Ciudad Rosa por el uso frecuente en sus edificaciones de la toba, una piedra volcánica rosada icónica de la zona. Una de las ciudades habitadas más antiguas – construida 29 años antes de Roma – la historia de Ereván se remonta al siglo VIII y es hogar a maravillas del pasado, como la biblioteca de Matenadaran donde se albergan miles de manuscritos griegos y armenios, la cual domina su avenida principal. Situada en la confluencia continental de la Ruta de la Seda, Érevan nos transporta al pasado.
En la capital, Yereván, vale la pena visitar el hermoso museo de Komitas, dedicado al reconocido musicólogo y compositor armenio Komitas. El museo, cuyas pertas abrieron en el 2015, está ubicado junto al panteón en el parque Komitas del distrito de Shengavit y nos cuenta la historia de la intrigante vida de este gran personaje.
Desde Érevan nos aventuramos por las maravillas de este mágico e intrigante país. Al borde de un acantilado triangular que domina el barranco del río Azat y las montañas Gegham, el Templo de Garni es el único edificio de columnas grecorromanas en pie en la antigua Unión Soviética y el más lejano de Roma.
La estructura fue probablemente construida por el rey Tiridates I en el primer siglo dC como un templo para el dios del sol Mihr. Después de la conversión de Armenia al cristianismo a principios del siglo IV, se convirtió en una casa real de verano de Khosrovidukht, la hermana de Tiridates III. Según algunos estudiosos, no era un templo sino una tumba y, por lo tanto, sobrevivió a la destrucción universal de las estructuras paganas.
A corta distancia nos encontramos con otra maravilla: Geghard. El monasterio de Geghard es un centro eclesiástico y cultural de renombre de la Armenia medieval, donde se pueden encontrar una escuela, un scriptorium, una biblioteca y muchas celdas de vivienda excavadas en la roca para clérigos, además de las construcciones religiosas. Un lugar místico e intrigante, encarna el espíritu misterioso y fascinante de Armenia.