La mejor política para frenar el flujo migratorio y que dicho tema deje ser la condición para negociar temas comerciales con Estados Unidos es la inversión que detone el desarrollo económico de las regiones pobres.
Así lo señaló el Lic. José Luis Contreras Valenzuela, vicepresidente del Colegio Nacional de Economistas, quien dijo no comprender los motivos para las manifestaciones de euforia y anuncios de triunfo de los representantes mexicanos en la reciente negociación con nuestros vecinos norteamericanos.
El economista indicó que fue un logro muy limitado que permite a México una tranquilidad momentánea, ya que el plazo otorgado por el presidente Donald Trump, de 45 días para la aplicación de aranceles a las mercancías mexicanas, está corriendo.
“Fue una negociación dada en los términos que el propio presidente de los Estados Unidos quiso y nos orilló a que así fuera, porque de no haberse logrado dicho diferimiento de la medida de aplicación de los aranceles, el daño para la actividad económica de nuestro país sería mayúsculo”, resaltó.
Las condicionantes de Trump para negociar asuntos de comercio, expuso el dirigente, tienen que ver con el freno de los flujos migratorios de centroamericanos y de otras nacionalidades que viajan a través del territorio mexicano para cruzar la frontera hacia los Estados Unidos.
Por lo que las condiciones en que las autoridades mexicanas deberán seguir atendiendo el tema de los aranceles, advirtió Contreras Valenzuela, se da en un contexto sumamente delicado y complejo para México.
“No veo los motivos de la euforia, dado que los datos que arroja la economía mexicana en cuanto a crecimiento y generación de empleo, no son del todo favorables”, dijo.
Detalló que según datos del IMSS, en mayo pasado se generaron 3 mil 983 empleos formales, una caída de 88.2% respecto al mismo mes de 2018, en el que se crearon 33 mil 966 empleos.
Mientras que en los primeros cuatro meses del presente año se generaron 303 mil 545 plazas, destacó, 38% menos que en igual periodo del año anterior, la cifra más baja desde 2013, resultado de un menor dinamismo en la actividad económica.
“Si vemos que hay una disminución en la generación de empleos, hay una contracción en el consumo interno; las expectativas de crecimiento de nuestra economía no pueden ser muy buenas”, consideró.
Por último, el vicepresidente del Colegio Nacional de Economistas subrayó que aunque se habla de una estabilidad monetaria como un indicador de confianza, habría que ver la verdadera causa de esa estabilidad en los tipos de cambio, y que la mejor política sería apostar por inversiones en infraestructura, inversiones que generen empleos y riqueza.