En los últimos años, Baja California se convirtió en la opción de residencia de ciudadanos de origen chino, quienes migraron al estado fronterizo por las oportunidades de trabajo que se les ofrecen.
En entrevista con Notimex, el titular de la Dirección Municipal de Atención al Migrante de Tijuana, César Palencia Chávez, sostuvo que en el 2018, más de tres mil chinos solicitaron a las autoridades migratorias su regularización para poder permanecer legalmente en el país. “Muchos de ellos ya vienen contratados, son comunidades que ya están establecidas; en Mexicali y en Tijuana hay varias personas de esa nacionalidad que vienen por la vía regular”, puntualizó.
Sostuvo que algunos de los trabajos que se les brindan son en los restaurantes de comida china y en las maquilas que se localizan principalmente en Mexicali y Tijuana. Desde los años 20, la entidad es destino predilecto de esta población ya que llegó a poblar el valle de Mexicali para la siembra de algodón, esto según información de la Universidad Autónoma de Baja California en su artículo “Tres Migraciones Chinas en Baja California 1899-1945”, de Catalina Velázquez Morales.
Por otra parte, Palencia Chávez señaló que desde el 2016, Tijuana registra un mayor flujo de migrantes internacionales que inició con la llegada de más de 17 mil haitianos que pretendían ingresar a Estados Unidos. “De los 17 mil haitianos que llegan a mediados de 2016, 14 mil cruzan y tres mil se quedan a residir en Tijuana y desde entonces se empezó a ver a la ciudad como atractiva para los migrantes de todas partes del mundo”, aseguró.
Destacó que, a diferencia de los centroamericanos, a los haitianos les cuesta más integrarse a la sociedad principalmente por la diferencia de idiomas, “los centroamericanos se pueden incluir en la sociedad de un día para otro”.
Comentó que en el municipio se pueden encontrar personas provenientes de Rusia, del continente africano, de países árabes y de Sudamérica, aunque el mayor número de migrantes llega desde Centroamérica.
En un principio, la mayoría de los extranjeros tenían el objetivo principal de llegar a Estados Unidos, sin embargo, con la llegada de Donald Trump al gobierno estadunidense en 2017, los ánimos decayeron y muchos se quedaron a vivir en Tijuana, comentó.
“El primer año de gobierno de Trump la gente ya no veía tan atractivo migrar a los Estados Unidos, ahorita subió un poquito pero no como con el mandato del expresidente Obama”, indicó. Asimismo, apuntó que en los últimos meses la población migrante se incrementó debido a las caravanas que atravesaron el país en la búsqueda del “sueño americano”.
A esto, agregó Palencia Chávez, se le suma la iniciativa del gobierno de Estados Unidos de mandar a los migrantes que pidieron asilo en el vecino país del norte, para que esperen en esta ciudad la resolución de su trámite. “Con esta estrategia se ocasiona que la gente desista de la vía regular y lo intente por la irregular o se quede en México”, indicó al tiempo de enfatizar que hasta la fecha dos mil personas han sido deportadas a México a la espera de la respuesta a su petición.
“Yo considero que la federación (el gobierno mexicano) está violando los derechos de los refugiados porque se está prestando a eso, no hay ningún acuerdo binacional para hacerlo, lo están haciendo porque quieren y malamente el Instituto Nacional de Migración les está dando el reingreso al país cuando en estricto derecho no debe ser así”, señaló.
El funcionario puntualizó que esto genera que el municipio y los albergues trabajen a marchas forzadas para brindar asistencia humanitaria a los migrantes que actualmente ya suman más de ocho mil. “Desde hace tres años no estamos preparados para recibir a tantos migrantes y a veces hemos hecho milagros”, afirmó.
Agregó que los 17 albergues creados por congregaciones religiosas en la ciudad, actualmente no se dan abasto para atender a los foráneos y a los 120 mexicanos repatriados que diariamente ingresan por Tijuana.
“En la ciudad hay alrededor de 17 lugares que funcionan como albergues, ocho tienen un buen programa de atención y en estos podrían albergar a mil personas y en los otros nueve a lo mejor a 800”, apuntó. Añadió que a la par de la llegada masiva de extranjeros, los tijuanenses rechazan cada vez más esta situación que, consideran, los afectará en el área laboral. “Con los números altos la gente piensa que se va a poblar con personas de otras partes, que no va a haber trabajo y luego llegan las caravanas y muchos de ellos llegan rompiendo la normatividad de la ciudad.
“Además, para el gobierno también fue muy complicado dar ayuda humanitaria y la población estaba muy molesta porque veían a su gobierno apoyando a los migrantes”, expresó Palencia Chávez.