El presidente López Obrador acaba de anunciar que no se utilizarán recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) para refinanciar a Pemex o, en todo caso, para evitar que saliera a los mercados a refinanciar los casi 7 mil millones de dólares que se vencen este año. Así, en apariencia, se pone fin a un debate que venía produciéndose dentro del gobierno desde hace un par de meses.
A partir de marzo comenzaron a filtrarse las versiones en columnas y periódicos especializados, de que la Secretaría de Hacienda, tal vez también Pemex, preferían esa solución; es decir, aprovechar un poco menos de la mitad del Fondo para capitalizar a Pemex y, sobre todo, evitar el oso de buscar fondos de refinanciamiento en los mercados. A diferencia de simplemente aumentar y prolongar la línea de crédito, a un precio mayor que tenía Pemex desde antes para refinanciar los 6.8 mil millones de dólares que se vencen este año, Pemex tendría que salir a conseguirlos. No enfrentaría ninguna dificultad para hacerlo, pero habría un pequeño problema. ¿A qué tasa iba a poder conseguir dinero de largo plazo Pemex hoy? Probablemente a una tasa muy superior a la que se venía pagando desde hace algún tiempo. Eso hubiera sido visto por los mercados y por los poderes fácticos en México como un revés para el gobierno, revés que prefería evitar.
Según se decía, López Obrador nunca estuvo del todo de acuerdo con la idea de allegarse recursos del Fondo. Decía que en los hechos equivalía a aumentar la deuda del gobierno; a utilizar un recurso que, de cualquier manera, sólo funcionaría una sola vez, y que además seguramente implicaría algún cambio en el mandato del Fondo, ya que no está estipulado que pueda utilizarse para ese propósito, aunque tampoco se prohíbe lo contrario. Tenía algo de razón. En cambio, Urzúa y Arturo Herrera parecían ser partidarios de utilizar el Fondo, porque pensaban que era la mejor manera de resolver un problema no catastrófico, pero nada despreciable.
La línea de crédito anunciada con bombo y platillo el lunes por López Obrador y ejecutivos locales de banca internacional, puede o no constituir un esquema rentable, pero en principio no sirve para liquidar los vencimientos este año de la deuda de largo plazo de Pemex. O de serlo, representaría un procedimiento un poco extraño, ya que implicaría usar deuda de corto plazo para pagar la de largo plazo, lo cual no sería muy lógico que digamos. Quizás buscan hacer eso. O a lo mejor, en efecto, quieren canalizar directamente dinero de Hacienda a Pemex, pero como Hacienda no tiene dinero propio, esto tendría que provenir de otras dependencias. Tal vez ahí se encuentre la solución del acertijo.
Ya anunció el secretario de Hacienda hace un par de semanas un nuevo recorte en las dependencias. No dijo cuáles, ni cuánto ni cuándo. Pero según se escucha de personas que trabajan en una u otra dependencia, hasta al Seguro Social le quieren imponer recortes adicionales, a pesar de todos los problemas de abastecimiento de medicamentos y de atención a usuarios, para transferirlos a Pemex. Quizás el gobierno tenga la peregrina idea de llevar a cabo mayores recortes en todas las dependencias y canalizar todos esos ahorros a Pemex, lo cual de alguna manera fue dicho por Hacienda hace unas semanas. Habrá que ver si de ahí salen 6.8 mil millones de dólares, en primer lugar, y cuánto van a doler esos recortes en esas dependencias, en segundo lugar.
El Fondo no era quizás la mejor idea para refinanciar la deuda de Pemex, y salir al mercado a hacerlo tampoco era una gran ocurrencia, porque Pemex se hubiera autoventaneado: teniendo que pagar bastante más por su dinero de ahora al que pagaba antes. Pero arrebatarle recursos al Seguro Social, a Seguridad, a Bienestar, a Educación, para rellenar las arcas de Pemex, cuando ni siquiera existe el famoso plan de negocios, y cuando el propio banco que le amplió la línea de crédito a López Obrador a principios de semana ya ha criticado todo el esquema de salvación de Pemex, no parece ser el método más inteligente.
En estos días supongo que López Obrador, o Pemex o Energía o Hacienda, nos informarán exactamente qué piensan hacer para atender los vencimientos de Pemex. Ya entonces sabremos qué sí se va a hacer: por ahora ya sabemos lo que no: sacar recursos del FEIP.