Los ranchos de la región, albergan muchos secretos que muchas veces el común de nosotros nunca logra conocer y Los Aguajitos no es la excepción.
Era el alba del otoño, cuando de pronto me encontré con un grupo de exploradores que se decían llamar Mapaches, realizó una salida un fin de semana al mentado rancho, eran aproximadamente unos diez invitados y cinco organizadores en total, cada uno con su estilo muy peculiar y un tema para instruir sobre supervivencia en lugares agrestes; desde obtención de agua y su purificación, orientación y obtención de fuego con varios métodos, hasta la construcción de diversos tipos de refugios.
En el completo aislamiento el rancho; aguajes, minas abandonadas, un pequeño represo, un hilo de agua en el riachuelo, unas vetas de cuarzo bastante grandes, familias y lugareños en los alrededores descendientes de antiguos Kumiais, una posta antigua al parecer española (que su fecha no ha sido identificada aun), y lo mejor de todo son sus muchas historias y leyendas que en los alrededores de la zona cuentan, como el de contactos con seres de otros planetas, como el que narra el libro La Noche del Árbol, otro más en las faldas del cerro La Teta de la India, así como de historias de gambusinos, de apariciones, de rutas de comercio entre la antigua capital del Estado Real del Castillo y nuestros vecinos del norte hace más de un siglo, de bandidos, de expedicionarios, de asentamientos de antiguos californios, de centros ceremoniales, de pinturas rupestres, de petrograbados, de riqueza en flora y fauna nativa y sobre todo, nuevamente la magia de una de las tierras aun sin explorar y descubrir al cien por ciento: La Baja California.
No cabe duda que este tipo de grupos con sentido educativo, son los que hacen más falta en nuestra entidad para todos aquellos que desean adentrarse en las entrañas de nuestra Antigua California.
Fotografías: Moisés Fco. López Smith