Facebook ha anunciado nuevas medidas para evitar la proliferación de contenidos que induzcan a la violencia y al odio, como ocurrió con el vídeo del atentado de Nueva Zelanda, entre ellas la de bloquear la opción de emitir vídeos en directo a usuarios que compartan publicaciones de este tipo.
La red social fue muy criticada por haber demorado en interrumpir ese video, cuyas imágenes se propagaron rápidamente por internet. El grupo luego prometió revisar las condiciones de uso de «Facebook Live».
«Buen primer paso»
Se trata de un «buen primer paso», declaró la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, que se encuentra en París para lanzar junto al presidente francés Emmanuel Macron una movilización internacional contra los contenidos violentos en internet.
«El terrorista del 15 de marzo dejó en evidencia la forma en que la transmisión en directo de imágenes puede ser mal utilizada para propagar odio. Facebook dio un primer paso tangible para impedir que ese acto se repita en su plataforma», dijo Ardern.
Nuevas medidas
La intención de la tecnológica es bloquear el acceso a la herramienta «Facebook Live» durante 30 días, aproximadamente, a cualquier usuario que haya compartido un post que vaya en contra de su política comunitaria, por ejemplo una referencia sin contexto a un enlace de una declaración de un grupo terrorista.
Para ello, la compañía de Mark Zuckerberg destinará una partida de 7,5 millones de dólares en tecnología de análisis de imagen y audio, según ha avanzado en un comunicado al que ha tenido acceso Efe. Asimismo, planea trasladar el nuevo modelo de restricción a «otras áreas» en las siguientes semanas.
Por ejemplo, evitará que los usuarios que publiquen o compartan contenido prohibido, como la distribución de imágenes de explotación infantil, puedan crear anuncios.
Estrechar el cerco de permisividad
Con la nueva regulación, la plataforma estrecha el cerco de la permisividad pero especialmente en relación con la herramienta Live, que fue utilizada por el atacante de las mezquitas de Christchurch, en Nueva Zelanda, para transmitir en directo el atentado en el que mató a 51 personas y causó medio centenar de heridos.
En ese momento, Facebook trató de frenar la diseminación del vídeo eliminando la cuenta de esta red social y de Instagram del atacante después de que la policía alertarse de la transmisión en directo, pero para entonces ya había sido compartido por miles de usuarios.