Maternidad y éxito profesional. Dos trabajos, dos desafíos diferentes, pero no antagónicos. Lejos de renunciar a tener una familia, ejecutivas de la industria aseguradora han aprovechado las habilidades desarrolladas por mujeres que comparten el rol de madre con el de profesionistas: priorizan, agilizan la toma de decisiones, son multitareas y ejercitan día a día la inteligencia emocional.
Contrario a lo que solía pensarse hace algunas décadas, la maternidad no necesariamente trae consigo un declive o estancamiento laboral.
Las organizaciones son cada vez más conscientes de la necesidad y conveniencia de brindar a sus colaboradoras flexibilidad y facilidades para cumplir con sus ocupaciones y alcanzar sus objetivos, sin dejar de lado sus responsabilidades como madres.
Hoy por hoy, en las compañías conviven perfiles muy distintos, con expectativas y formas de vida muy diversos, por lo que es preciso construir motivadores y modelos de operación que permitan atraer y retener al mejor talento disponible en el mercado laboral.
“Las áreas de recursos humanos debemos tener en consideración intereses distintos y dinámicos, y profundizar en el conocimiento de los perfiles de los colaboradores. Las medidas, políticas y beneficios que ofrecemos ya no pueden ser generales, sino acordes a estos perfiles, uno de los cuales es el de las colaboradoras que son madres”, expuso Luis Merino, responsable de Recursos Humanos de AIG Seguros México.
Al respecto, Claudia Díaz, madre de dos hijas y hoy responsable de suscripción de seguro marítimo en AIG, señaló la importancia de una cultura amigable con las mamás en la empresa:
“El llamado ‘salario emocional’ –beneficios como permitir el trabajo desde casa, tener horarios flexibles o la facilidad para asistir a juntas o festivales escolares– parecen intangibles, pero en realidad pueden hacer toda la diferencia y no hay salario que alcance para pagarlos”, dijo.
“En un sentido más amplio, esto es parte de una visión clara de diversidad e inclusión, regida por la igualdad de oportunidades y fincada en el reconocimiento de resultados, habilidades y potencial, independientemente de la situación familiar o el momento de vida de una persona. Por esta cultura de AIG, nunca dudé ser mamá ni pensé que tendría que sacrificar mi crecimiento en la compañía”, reveló.
Ser mamá puede contribuir al crecimiento profesional
Para Lucía Del Cid, directora de Responsabilidad Civil en AIG Seguros México, si el deseo de una mujer es dar continuidad a su desarrollo laboral, debe ser también una decisión propia no limitarse para asumir nuevas responsabilidades en el ámbito laboral.
“A veces somos nosotras mismas quienes nos imponemos limitantes cuando nos hacemos madres. Por ejemplo, si a un hombre le ofrecen un nuevo puesto, lo acepta aunque no lo sepa hacer del todo; en cambio, como mujeres somos más cautelosas, más mesuradas; no nos atrevemos con la misma facilidad y nos ponemos una especie de freno inconsciente”, señaló.
“Pero la realidad es que ser madres nos da una oportunidad adicional para crecer, pues tener que partirte para atender las responsabilidades laborales, sin quitar la vista a los hijos nos obliga a priorizar, administrar, tener un enfoque preciso y aprender a delegar para dar resultados.
“La maternidad saca lo mejor de nosotras, y eso no pasa inadvertido para la alta dirección de la compañía, pues comienzan a identificar tus habilidades gerenciales para promoverte a mejores puestos. Lo he visto una y otra vez en AIG”, reveló Del Cid.
La ciencia lo confirma
La ciencia parece ratificar la visión de la ejecutiva. Un estudio realizado en el Instituto de Investigación Médica del Hospital del Mar y la Universidad Autónoma de Barcelona reveló que durante el embarazo se modifica la estructura cerebral de las mujeres para hacerlas más intuitivas y empáticas con el ser que se desarrolla en su vientre.(1)
Tales adaptaciones biológicas cambian de forma definitiva el cerebro para focalizarse en el objetivo de proteger y entender a su hijo, sin alterar su capacidad cognitiva, ni el intelecto o la memoria. Estas habilidades mejoradas suelen salir a la luz en la vida profesional de las madres.
Por otro lado, investigaciones del MIT (Massachussetts Institute of Technology) y la Universidad Carnegie Mellon en Pennsylvania, Estados Unidos, encontraron que los equipos que incluyen mujeres tienen mejores resultados en análisis lógicos, coordinación, planeación y resolución de problemas.(2)
De manera similar, un reciente reporte conjunto del Instituto Peterson de Economía Internacional y la firma Ernst & Young reveló que una representación femenina del 30 por ciento en los consejos de administración de las empresas podrían sumar hasta seis puntos porcentuales en sus márgenes netos.(3)
“Claramente, la diversidad ya no se trata solo de equidad de género –o de raza, edad o cualquier otro dato– sino que es ya un imperativo estratégico para los negocios. Una fuerza laboral diversa puede repercutir en una mejora de los indicadores de negocio, mientras que una cultura incluyente es fundamental para ganar la batalla por el mejor talento en el mercado”, concluyó Luis Merino, responsable de Recursos Humanos de AIG Seguros México.