Para cambiar de tema y ya no hablar de las locuras políticas de esta bola de ineptos que se nos vienen encima, quisiera tratar un tema diferente, que no es muy importante, pero que sí afecta a muchas personas… y se llama “La propina”.
Vivimos en un mundo lleno de paradigmas absurdos que nos han endilgado durante años. Cuando das una propina a un mesero, crees que estas ayudando al trabajador y haciendo algo bueno, pero en realidad es todo lo contrario.
Dar propinas es condenar a un trabajador a no tener seguro social, aguinaldo, liquidación y ningún otro derecho laboral. Y además es solapar a patrones mañosos.
La propina fue una tranza que se les ocurrió a los ricos hacendados del sur de EEUU cuando perdieron la Guerra de Secesión y se abolió la esclavitud, y les obligaron a contratar empleados negros y pagarles sueldo y prestaciones ”como si fueran blancos”.
Entonces crearon un sistema mediante el cual, ese servicio lo pagaran los clientes del negocito. ¿Que listos no?
Los giros más beneficiadas fueron los restauranteros, hoteleros y ferrocarrileros, quienes “daban chance” a algunos elegidos de entrar a sus establecimientos, ponerles un uniforme, y vivir de las limosnas que les daban los ricos por servirles sus comidas o cargarles sus maletas.
Afortunadamente, esta modita de tener “propineros” no ha sido aceptada por muchos países europeos que tienen leyes laborales estrictas y un concepto moderno de la justicia.
¿Por qué en México no imitamos a eso países, en vez de imitar a los americanos?
Ahora tenemos un grupo nuevo de legisladores que ha prometido eliminar las injusticias sociales. Si la ley dice que todos los patrones deben dar sueldos justos y prestaciones, ¿por qué razón no se vigila y castiga a giros como restauranteros, gasolineros, aeropuertos, hoteleros y valet parkings que no cumplen con la ley laboral? Como si estos empresarios no tuvieran suficiente margen de utilidad para poder pagar lo justo a sus colaboradores, como cualquier otro empleador.
Ya sé que muchos me van a acusar de codo, marro y miserable por querer hacer desparecer las propinas, pero no podemos negar que esta costumbre perjudica, mas que mejorar a quienes viven de esas limosnas. Porque posiblemente, en los 2,000 restaurantes “fusión fifí” que hay en México, los meseros ganan una buena lana de propinas, pero en las 350,000 fondas y restaurantes pequeños que existen, los meseros apenas y ganan el miserable sueldo mínimo que tenemos.
¡Orale legisladores! ¿Van a cambiar al país? Pues empiecen a eliminar injusticias y paradigmas absurdos…
¿O ahora que ya van a comer con cubiertos y servilletas de tela, se van a olvidar de los changarros donde han comido toda su vida?