Una verdadera experiencia gastronómica despierta sensaciones inesperadas, nos sacude las emociones y hace que veamos la vida con una mirada diferente. Para disfrutarla, hay que dejarnos llevar por la sorpresa, simplemente hay que sentir sus texturas y los aromas. En el paraíso llamado NIZUC Resort & Spa, la gastronomía gourmet de sus restaurantes es un abanico de matices que consienten a nuestros sentidos, es un arte que captura en un instante la esencia de la vida.
NIZUC Resort & Spa es el lugar para escaparse de la realidad, es una fuente de inspiración donde los deseos se convierten en realidad. Sus encantadoras instalaciones son tesoros arquitectónicos y naturales que crean un ambiente sobrio y elegante, donde el tiempo se detiene y se transforma en magia.
La experiencia sublime permanece desde que se entra hasta el momento de partir. Las preparaciones del chef nos sorprenden con su creatividad, como en las carnitas de atún servidas con mole verde de hoja santa, chayote y ejotes asados, ensalada de verdolagas y polvo de habanero.
No importa de qué parte del mundo vengamos, en Ramona tienen el don de sorprendernos a todos por igual con su habilidad de transformar los ingredientes ordinarios en platillos fuera de lo ordinario, como lo hacen con los Bocoles, que es masa de maíz amarillo con manteca de pato, salsa cruda verde, pato confitado, cebolla morada encurtida con nopales curados y cilantro.
Por la diversidad de opciones que se nos presentan en Ramona, podemos pedir del menú a la carta o escoger el menú de degustación, que incluye una selección de diferentes platillos para compartir o para probar una selección especial con un poco de todos los sabores. Entre los grandes imperdibles están el filete de res cocinado en mantequilla de longaniza de Valladolid, puré de cebolla tatemada con panceta de cerdo, textura de camote, salsa macha con elote fresco y semillas, y su versión de manchamanteles con foie grass al sartén, molotes de plátano macho frito con queso Ramometti, chapulines salteados con limón.
El placer por la gastronomía gourmet no se limita a determinadas regiones ni estilos, por eso es tan especial y cautivante. En el restaurante Indochine nos recibe una fusión de servicio impecable con una bella decoración, y lo mejor de la comida asiática. La variedad y el sabor son el alma de sus platillos, que son servidos de forma que armonicen los colores, aromas y sabores, cada detalle es como una pincelada de una gran obra maestra.
Cada platillo tiene la cualidad de provocar una explosión de sabores en boca, como en la sopa malaya de coco, preparada a base de leche de coco con berenjena, brócoli, vainitas, con curry verde, rojo o amarillo.
Con vistas a su enorme espejo de agua, el sabor de platillos como la langosta marinada con cardamomo, paprika y comino, acompañada con arroz basmati al ajo y salsa raita con pepino y menta, son la llave al paraíso.
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