En medio de un entorno económico adverso en México donde la confianza del consumidor pierde terreno por primera vez desde que ganó AMLO, las calificadoras castigan la calificación del país y sus principales dependencias, y las proyecciones de crecimiento van constantemente a la baja; nos topamos de pronto con un peso más fuerte que gana terreno frente al dólar.
La respuesta de este aparente contrasentido es la siguiente:
No se trata de un peso fuerte, sino de un dólar débil: El dólar estadounidense se ha devaluado frente a varias monedas de países emergentes como México, Brasil y Turquía; situación que se explica luego de que la Reserva Federal decidiera mantener su tasa de interés en un rango de 2.25% a 2.5% (después de incrementarse cuatro veces en el último año). El banco central norteamericano señaló que planea ser «paciente» sobre las alzas futuras de tasas a la luz de los «sucesos económicos y financieros globales y las presiones sobre la inflación». Esto quiere decir que, a pesar de que EEUU sigue creciendo en economía y en empleo, mantendrá una política económica expansiva de tasas de interés bajas para no detener el consumo ante el deterioro de la economía global.
- Este comunicado de la FED causa que los grandes fondos de inversión busquen mercados emergentes con mayores tasas de interés, situación que crea menos demanda de dólares y una mayor demanda de monedas emergentes, causando que estas últimas suban de valor.
- México se posiciona como un destino de inversión atractivo para fondos especulativos al ubicar su tasa “libre de riesgo” cercana al 9% (tiie objetivo en 8.25%). Esto quiere decir que los fondos pueden lograr rendimientos cercanos a los “dos dígitos” en varios instrumentos gubernamentales; situación que contrasta con rendimientos negativos y por debajo de la inflación que se obtienen en Estados Unidos.
- La entrada exponencial de recursos extranjeros coincide con una reducción del índice de “riesgo país” de México (índice que mide el riesgo inherente a las inversiones y a las financiaciones en un país en cuanto a su posibilidad de impago o quebranto), donde destacamos frente a otros países en América Latina. El índice de México se ubica en 215 puntos, mientras que el de Argentina se coloca en 697, y el de Brasil en 271.
Por lo tanto, el fortalecimiento del peso responde a una coyuntura internacional específica donde los grandes fondos denominados en moneda extranjera invierten en México por sus altas tasas de interés. Para ser claros, esto significa que se trata de una coyuntura ventajosa para los grandes capitales, donde el dinero se invierte en instrumentos especulativos y no en proyectos productivos.
En este sentido, hoy México se posiciona bien por sus altas tasas y seguridad de inversión. No obstante, las rebajas de calificadoras y fortalecimiento de otras economías emergentes, pueden cambiar esta situación de un día a otro.
Ojo con alegrarnos por un peso fuerte: No es resultado de nuestro fortalecimiento económico, sino de nuestra inestabilidad que genera buenas oportunidades de inversión especulativa.