Es muy fácil criticar a los demás. Difícil tomar conciencia de lo qué tu haces.
No quiero ser como la madre que tuve… me choca como… no voy a permitir que me critiquen como… ¿Suena conocido? ¿Cuántas veces juras no actuar como lo que molesta, pero actúas exactamente como temías?
Muy fácil decir, yo no quiero repetir los malos ejemplos, pero que difícil es cambiar. De hecho, de nada sirve asegurar que no se va hacer lo que no molesta, sin antes, enfocarse en lo que es lo que se desea.
Es vital pasar por un periodo de desintoxicación o reorganización mental y emocional, obteniendo patrones de comportamiento efectivos.
Cuando solo se crítica y vive culpando a otros, se convierte en ese juez cruel y se somete en una lucha de emociones negativas, que impiden lograr una conexión efectiva con el mundo. Esta acción llena de frustración, enojo y repulsión. Además, no por el hecho de criticar, uno garantiza que pueda llegar a ser mejor persona del ejemplo que tanto aborrece.
Cuando uno asegura que no va a repetir los comportamientos, o los errores de las personas que más crítico, hace un pacto complicado con su propio inconsciente. Se enfoca en los aspectos negativos y sin querer… lo que se promete no hacer y tanto se critica, se convierte en una predicción asegurada.
Más pronto de lo que se imagina, esa actitud se torna en la profecía que hace que el comportamiento sea justo como lo que uno juro nunca ser. Esta predicción, se convierte en una sombra que persigue y recuerda las promesas y los falsos juramentos que no se pudieron cumplir.
Cuando uno se propone a dejar de hacer algo, o a ser y actuar de alguna otra manera, sin antes concientizarse de sus acciones, tomar responsabilidad o cuestionar los pensamientos personales, no puede cambiar, ni convertiste en una persona más efectiva.
Para romper con la auto condena, uno debe de hacer un esfuerzo para diluir sus pensamientos negativos; los cuales se dan por instinto. (Estos, están dirigidos en encontrar rápidamente lo malo, el peligro, lo repudiado.)
Para cambiar, es importante buscar la manera de redirigir la precepción y encontrar aspectos positivos y nobles, que nutran a los pensamientos positivos. Desde luego, otorgando el benéfico de la duda, sin asumir que la persona, hace lo incorrecto, lo indeseado o actúa por molestar.
Hay que aprender a buscar lo constructivo y encontrar modelos eficientes que ayuden y construyan relaciones. Hay que estar en busca de inspiración y motivación para actuar asertivamente. La mejora de la calidad de vida, proviene de una mente sana y tranquila. De pensamientos positivos y de la alegría para vivir, del amor propio y de la compasión por las personas que viven atormentadas por sus demonios.
El enojo y la repulsión, solo nutren la parte negativa del pensamiento, entorpecen la forma de actuar, confunden a la persona y no dejan nada bueno, ni aportan una visión efectiva para vivir mejor.
La receta
Decretos positivos
Ingredientes
- Conciencia – reconocer y aceptar a las personas y las situaciones
- Actitud positiva – agradecer todo lo que se tiene, buena disposición, encontrar lo bueno
- Perspectiva – ubicar el contexto de la realidad aceptando lo positivo y lo negativo
- Reflexión – cuestionarse y meditar continuamente para redirigir los pensamientos personales
- Amor propio – quererse a sí mismo y querer tener una buena calidad de vida
Afirmación positiva para redirigir los pensamientos
Soy una persona positiva, noble y tengo buena voluntad. Tengo pensamientos positivos. Encuentro lo bueno en todas las personas. Acepto a mis padres, familiares, amigos, mis compañeros de trabajo, etc. Deseo el bien a toda persona. Siento alegría, y paz desde lo más profundo de mí ser. La vida es buena, me sonríe. Agradezco la oportunidad que tengo para vivir.
Como se pueden redirigir los pensamientos:
- Los pensamientos positivos mejoran la calidad de vida y ayudan a tener mejores relaciones personales. Al redirigir los sentimientos negativos o angustiantes, uno adquiere un balance emocional, que facilita encontrar modelos que inspiran y aportan ejemplos positivos para actuar.
- Etiquetar a las personas sólo limita la forma en que se les percibe. Hay que tener cuidado cuando uno marca a la gente, porque cuando uno insiste en que una persona es de tal forma, la manera de relacionarse con ella, hace que la profecía que el pensamiento se pueda hacer real, para bien o para mal.
- Enfocarse en los resultados que se desean alinea efectivamente la forma de pensar. Las emociones son percepciones subjetivas y personales, solo confunden y alteran la apreciación. Para lograr cambios efectivos es recomendable fijarse objetivos claros, y enfocarse en los resultados sin involucrar la forma de sentir.
No critiques tanto lo que te choca. Haz las paces con lo que te checa, ten compasión por los demás, Y libérate. Solo asi podrás ser mejor.
Si quieres platicar tu caso en particular, tenemos sesiones de coaching personal. Pide tu cita hoy.
https://www.paypal.com/cgi-bin/webscr?cmd=_s-xclick&hosted_button_id=CBJYD8CFYMFF4