Viena es una de las capitales europeas más antiguas, la cual ha sido testigo de la historia. Esta ciudad representa no solo la capital de la Austria moderna, también se ha mantenido como el centro de tres grandes imperios en la historia de Europa Central.
Entre su imponente Ring Boulevard, sus castillos, monumentos, obras de artes arquitectónicas, operas e infinitamente rico patrimonio histórico nos encontramos con un charm difícil de describir que nos transporta a los principios del siglo XX, cuando Viena era la capital mundial de la filosofía y el debate político.
Viena está empapada de cultura y arte, con una sólida herencia de música clásica excepcional, bellas artes y teatro. Algunos de los nombres más importantes a los que se asocia la ciudad son monumentales: Beethoven, Klimt y Mozart.
La ciudad cuenta con increíbles museos y locales de música, incluida la famosa Ópera Estatal de Viena, donde miles de visitantes acuden cada año para ver actuaciones musicales de clase mundial.
En el corazón y centro histórico de la ciudad, justo en el magnífico Ring Boulevard, se alza la antigua casa del Príncipe de Wurttemberg, el marido de la gran niñera del emperador Francisco José I. Este espléndido palacio, la perla de la corona de las más majestuosas edificaciones de la ciudad, nos invita a empaparnos de la seductora cultura austriaca y de su fascinante elegancia.
Este lujoso hotel en Viena se construyó originalmente de 1863 a 1865 como el palacio privado del Príncipe Felipe de Wuerttemberg, quien estaba casado con una abuela del emperador Francisco José I. Varios documentos incluso sugieren que el palacio diseñado por el famoso arquitecto Arnold de Munich. Zanetti fue un regalo de bodas del padre de la novia, el archiduque Albrecht. Originalmente había un extenso parque que se extendía a la Iglesia de San Carlos detrás del edificio. Sin embargo, la administración de la ciudad construyó una calle entre el palacio y el parque sin el permiso del príncipe, y continuó excavando los cimientos del Musikverein. El enfurecido príncipe de Wuerttemberg abandonó el palacio, aunque se dice que recibió una generosa compensación económica por este inconveniente.
La fachada del Hotel Imperial es de estilo neorrenacentista italiano. La parte superior del edificio contiene una balaustrada de piedra que enmarca animales heráldicos del escudo de armas de Württemberg. El portal de la entrada principal contiene cuatro estatuas que también son simbólicas y el portal original era lo suficientemente ancho para un carro de dos caballos.
Los muebles interiores del hotel resaltan la elegancia vienesa del siglo XIX con mármol ornamentado, estatuas talladas a mano y enormes lámparas de cristal. En el vestíbulo, la Escalera Real conduce a suites y habitaciones que también están iluminadas por magníficos candelabros que cuelgan de los techos altos de estuco. Los balcones privados del hotel ofrecen vistas al horizonte de Altstadt.
El Hotel Imperial tiene una reputación mundial por su cocina de primera clase. Una exquisita cena en el restaurante gourmet OPUS en Viena (galardonado con una estrella Michelin) es garantía de una experiencia gastronómica memorable, así como una visita al extraordinario bar 1873-HalleNsalon.
Creada en honor del emperador Francisco José I, la Torta Imperial es solo una de las muchas confiterías deliciosas que se ofrecen en el legendario Café Imperial de Viena.
Hoy en día, El Hotel Imperial forma parte de The Luxury Collection de Marriott. Esta colección se caracteriza por sus propiedades únicas, históricas e icónicas en los destinos más espectaculares del mundo.