El presidente Andrés Manuel López Obrador comenzó el domingo 13 de enero la distribución de la Cartilla Moral, un documento con el que se busca promover una serie de principios y que está basado en un texto del escritor, pensador y diplomático mexicano Alfonso Reyes.
En la introducción, se indica que la Cartilla Moral es “un primer paso para iniciar una reflexión nacional sobre los principios y valores que pueden contribuir a que en nuestras comunidades, en nuestro país, haya una convivencia armónica y respeto a la pluralidad y a la diversidad».
El texto también señala que en México se ha padecido por muchos años una “decadencia” que fue producida “por la corrupción del régimen y la falta de oportunidades de empleo y de satisfactores básicos”, así como como por la pérdida de valores culturales, morales y espirituales.
Después de dos páginas introductorias, la Cartilla Moral contiene los siguientes principios acompañados por una explicación que aquí resumimos:
1. La moral y el bien
- El bien es una cuestión de amor y de respeto a lo que es bueno para todos y aversión a lo perjudicial
- La conducta moral, esto es, movida por el bien, nos permite vivir en paz con nosotros mismos y en armonía con los demás
- El bien es un ideal de justicia y de virtud que puede imponemos el sacrificio de nuestros anhelos, y aun de nuestra felicidad o de nuestra vida
2. Cuerpo y alma
- Al cuerpo pertenece cuanto en el hombre es naturaleza; y al alma, cuanto en el hombre es espíritu
- La tarea de la moral consiste en dar a la naturaleza lo suyo sin exceso, y sin perder de vista los ideales dictados por la conciencia
- Estos dos gemelos que llevamos con nosotros, cuerpo y alma, deben aprender a entenderse bien, y qué mejor si se realiza el adagio clásico: “Alma sana en cuerpo sano”
3. Civilización y cultura
- La voluntad moral trabaja por humanizar más y más al hombre, levantándolo sobre la bestia, como un escultor que, tallando el bloque de piedra, va poco a poco sacando de él una estatua
- Cuando pierden de vista la moral, cultura y civilización degeneran y se destruyen a sí mismas
- En todo caso, cultura y civilización, creaciones artísticas y conocimientos teóricos y aplicaciones prácticas nacen del desarrollo del espíritu
4. Los respetos morales
- La humanidad no podría subsistir sin obediencia a los respetos morales, que equivalen a los mandamientos de la religión
- En la inmensa mayoría de los casos, el solo hecho de obrar bien nos permite ser más felices dentro de la sociedad en que vivimos
- En el reconocimiento de un bien superior se fundamentan: la subsistencia de la especie, la armonía de la sociedad y la existencia de los pueblos y de los hombre
5. Respeto a nuestra persona
- Todos los hombres son igualmente dignos, en cuanto a su condición de hombres, así como todos deben ser iguales ante la ley
- El descanso, el esparcimiento y el juego, el buen humor, el sentimiento de lo cómico y aun la ironía son recursos que aseguran la buena economía del alma, el buen funcionamiento de nuestro espíritu
- Aunque tengamos escasos recursos, siempre es posible cuidar nuestro cuerpo y vestido, como lo hacen con dignidad tantos de nuestros campesinos
6. La familia
- La familia estable humana rebasa los límites mínimos del apetito amoroso y la cría de los hijos
- El hogar es la primera escuela. Si los padres se portan indignamente a nuestros ojos, faltan a su deber
- El acatamiento que el menor debe al mayor, y sobre todo el que el hijo debe a sus padres, no es mero asunto sentimental o místico; sino una necesidad natural de apoyarse en quien nos ayuda
7. La sociedad
- Mi respeto a la sociedad, y el de cada uno de sus miembros para los demás, es lo que hace posible la convivencia de los seres humanos
- La subsistencia de la sociedad es indispensable a la subsistencia de cada ser humano y de la especie humana en general
- Cuando una mano se alarga para pedirme algo, pienso que esa mano puede ser, mañana, la que me ofrezca un vaso de agua en mitad del desierto
8. La ley y el derecho
- Cuando el gobierno (que no es lo mismo que la ley) comienza a contravenir las leyes, o a desoír los anhelos de reforma que el pueblo expresa, sobrevienen las revoluciones
- La traición de un soldado y la de un general sufren igual pena. Pero, ante nuestro juicio moral, la del general es todavía peor que la del soldado
- Rehuir a los impuestos o derechos que deben pagarse o intentar el engaño, además de delito, es romper la solidaridad social, es querer disfrutar beneficios sin participar en la carga común
9. La Patria
- El respeto a la patria va acompañado de ese sentimiento que todos llevamos en nuestros corazones y se llama patriotismo: amor a nuestro país, deseo de mejorarlo, confianza en sus futuros destinos
- Al procurar nuestras legítimas ventajas personales no hemos de perder de vista lo que debemos al país, ni a la sociedad humana en conjunto
- Cuando hay armonía y entendimiento, debemos sentirnos, en todos los demás países, como unos representantes no oficiales del nuestro
10. La sociedad humana
- El respeto a la propia familia obliga al respeto de los lazos familiares entre los demás. El respeto al propio país lleva al respeto para los demás países, y todo ello se suma en el respeto general de la sociedad humana
- Nunca se conforma el hombre con lo que ya encuentra. Siempre añade algo, fruto de su esfuerzo
- Las buenas obras del hombre deben ser objeto de respeto para todos los demás
11. La naturaleza
- El espíritu de maldad asoma ya cuando, enturbiamos una fuente de agua clara, o echamos inmundicias a los ríos o desechos tóxicos al mar
- Debemos interesarnos por el cielo que nos cubre, su régimen de nubes, lluvias y vientos, sus estrellas nocturnas
- Cuando un hombre que tiene un jardín ignora los nombres de sus plantas y sus árboles, sentimos que hay en él algo de salvaje
12. El valor moral
- El respeto a la verdad es, al mismo tiempo, la más alta cualidad moral y la más alta cualidad intelectual
- Sin una dosis de respeto para lo que escapa a la voluntad humana, nuestra vida sería imposible. Nos destruiríamos en rebeldías estériles en cóleras sin objeto
- El poeta mexicano Amado Nervo, resumiendo en una línea la filosofía de los estoicos, ha escrito: Mi voluntad es una con la divina ley