Hacerse propósitos para el nuevo año debe acompañarse de una evaluación y planeación a fin de que se puedan cumplir.
“Crearnos propósitos tiene que ver en muchas ocasiones con la motivación del ambiente, el optimismo que podemos generar en estas fiestas decembrinas, sobre todo son cuestiones que se dejan de hacer pero tenían intención de realizarse”, dice María Guadalupe Covarrubias de la Torre, coordinadora de la Clínica de Atención Psicológica de la Universidad de Guadalajara.
“Tienen que ver con mejorar el aspecto físico, comer más saludablemente, ahorrar dinero, dejar algún vicio, hacer cosas nuevas, realizar actividades que no hacemos de manera cotidiana o pasar más tiempo con familiares o seres queridos”.
Añade que si no hay planeación para cumplirlos se quedarán en una buena intención y, por lo tanto, “los podemos hasta olvidar nuevamente, irlos dejando de lado porque nuestra vida todavía está dominada por cómo hemos vivido”.
Para concretar un propósito se necesita “un proyecto e insertarlo en la vida cotidiana con una estructura de compromiso”, subraya.
Exhorta a ser realistas y planear objetivos “que sean factibles, que se puedan cumplir con una meta estructurada, por ejemplo si se quiere bajar de peso hay que hacer cita con el nutriólogo, hacerse un estudio general de salud, etcétera”.