El informe del Panel Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático de la ONU, IPCC por sus siglas en inglés, lo deja bien claro: medio grado supone una gran diferencia. Ya hemos calentado la Tierra alrededor de 1 grado Celsius, con efectos desastrosos, con respecto a los niveles preindustriales. Nuestros arrecifes de coral se están muriendo, los niveles del mar están aumentando, las especies se están extinguiendo y el clima extremo va en aumento.
En 2015, tras el Acuerdo de París, prácticamente todos los países del mundo pactaron limitar el calentamiento adicional a un máximo de 2 grados, preferiblemente a 1,5 grados centígrados. El nuevo informe, presentado después de años de elaboración por parte de un grupo de científicos de las Naciones Unidas, describe cómo se podría mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados con el fin de salvar nuestros arrecifes de coral, entre otras cosas. El Ártico se quedaría sin hielo un verano cada cien años, en lugar de cada década. El incremento del nivel del mar en 2100 sería de 10 centímetros menos.
Superar los 1,5 grados marcaría una gran diferencia en la frecuencia y severidad de hechos climáticos extremos: pensemos, por ejemplo, en las olas de calor que azotaron el hemisferio norte este verano. Esas manifestaciones climáticas podrían convertirse en fenómenos mucho más frecuentes.
En resumen, los ecosistemas terrestres, de los que dependemos para vivir, seguirían estando intactos durante mucho tiempo si el calentamiento global estuviese por debajo de 1,5 grados. Bajo 2 grados, no hay certeza de que fuese así. Entonces, ¿lo lograremos?
Cumpliendo objetivos
El informe del IPCC describe muy claramente qué pasos habría que dar para atenerse a ese límite inferior de 1,5 grados. Se trata de una transformación masiva. A nivel mundial, tendríamos que reducir nuestras emisiones de carbono casi a la mitad durante la próxima década. Tendríamos que alcanzar emisiones «netas cero» hasta mediados de siglo. La producción de energía tendría que proceder rápidamente de las energías renovables. Los combustibles fósiles, especialmente los más sucios, como el carbón, deberían quedarse bajo tierra. Nuestro transporte tendría que ser a través de la movilidad eléctrica, alimentado por electricidad renovable. Tendríamos que trabajar nuestras tierras de cultivo de manera mucho más eficiente. Tendríamos que construir nuestros edificios y nuestras ciudades para que sean energéticamente más eficientes.
Y, por supuesto, tendríamos que cambiar nuestro estilo de vida, consumir y desperdiciar menos, especialmente en los países industrializados. Todo esto es posible: el informe propone una hoja de ruta para lograr dichos objetivos.
Entonces, la pregunta, en realidad, no es si podemos mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados. La verdadera pregunta es: ¿queremos hacerlo?
Querer versus hacer
La verdad es que no será fácil. La política no ha dado los pasos adecuados al ritmo de la ciencia. Los gobiernos han demostrado una falta patética de voluntad política en torno a la acción climática. Ha habido una tendencia mundial perturbadora de personas que eligen a los populistas de derecha. Los negacionistas del cambio climático están sentados en gabinetes de algunos de los países más poderosos.
Algunos dicen que es necesario un movimiento de masas populares que elija a políticos que concedan prioridad al cambio climático, responsabilice a los funcionarios electos, bloquee el poder del lobby de los combustibles fósiles y presione a las empresas para que cedan. Por supuesto, muchos de nosotros también tendremos que hacer concesiones: menos vacaciones en avión, manejar coches más pequeños y comer carne con menos frecuencia.
Pero, ¿es realmente una opción? ¿Quiere que millones de personas pierdan sus hogares y sus medios de vida? ¿Están usted y su familia preparados para enfrentar cada vez más olas de calor, sequías, lluvias intensas e inundaciones? ¿Está preparado para ver cómo su propia seguridad alimentaria corre el riesgo de desaparacer?
Si le importa el futuro, debería estar dispuesto a hacer algunos sacrificios ahora y tomar medidas para que los políticos se responsabilicen de sus decisiones.
¿Está usted preparado?