Las debilidades personales tienen muy mala reputación, en realidad no son tan malas como parecen. A pesar de que muchos las consideran aspectos negativos, tabúes o limitaciones personales, una debilidad es solo una oportunidad para mejorar, es un reto personal y una motivación para crecer.
El ser humano es una persona que está en desarrollo continuo, no es un proyecto terminado y final. El recorrido de la vida y sus escenarios crean las oportunidades que invitan a pulir el carácter y aprender más de uno mismo. Las debilidades son únicamente los indicadores que muestran que se debe de ajustar para mejorar específicamente.
Se puede considerar una debilidad toda cuestión que limite o incomode a la persona, desde algún aspecto físico que moleste, estatura, constitución, algo que no funcione perfecto, etc… hasta el temperamento, la manera de ser o las creencias y miedos.
Reconocer a las debilidades como parte integral de cada persona implica aprenderse a aceptar a uno mismo aprovechando las fortalezas y respetando las flaquezas intimas, forjando un carácter completo.
Para la sorpresa de muchos, el aceptar las debilidades propias, más que sentirse de menos, es un símbolo de fortaleza. Aceptarse integralmente no hace a la persona inferior, ni lo limita. Al contrario, las personas que tienen el valor de aceptar que no son tan perfectos como les gustaría y que reaccionan en formas indeseables algunas veces, los torna en seres genuinos, con valor y les de flexibilidad para aceptar que pueden aprender a ser mejor.
Las personas que no pueden aceptar sus debilidades, pronto se convierten en personas rígidas, tercas y difíciles de trato. Niegan sus carencias, viven en una “montaña rusa”, donde sus emociones suben y bajan, sin poderlas controlar. Ya que estado de ánimo, queda sometido a la negación de su miedo, y sus secretos que los intimidan. Se ofenden con facilidad porque lo que están cubriendo, los delata.
Cuando no se tiene el valor de aceptar las debilidades propias, se niega la posibilidad de mejorar. Utilizan su enojo y el resentimiento para cubrir sus carencias y provocar culpa en los demás. Se protegen continuamente para que nadie los confronte, ni exponga.
El negar las debilidades conduce a vivir en competencia con el mundo. Clasificando a las personas como inferiores o superiores, utilizando las carencias personales como base para medir su posición en el mundo, por lo que sus relaciones se conviertan en desgastantes luchas de poder.
La decisión de como percibir y tratar a las debilidades es absolutamente personal, cada quien tiene la libertad de aceptarse o negar sus defectos o limitaciones y sufrir sus consecuencias. En realidad, nadie es perfecto.
LA RECETA
Aprendiendo de las debilidades
Ingredientes
- Conciencia – reflexión y tolerancia de la totalidad de personalidad propia
- Fortaleza – valor para aceptarse a uno mismo, sin juzgarse o reprocharse ni criticarse
- Compasión – piedad y paciencia por las fallas y las limitaciones personales
- Flexibilidad – cualidad para poder cambiar y redirigir los comportamientos
- Ojo bueno – actitud y percepción positiva de sí mismo y de lo que sucede
Afirmación Positiva: Soy una persona buena, no soy perfecta. Tengo la posibilidad de aprender, mejorar y cambiar. Mis debilidades son parte de mi ser, no las critico, ni las rechazo, estas son mis maestras que me enseñan el camino para crecer. Abro mi corazón, me permito aprender de todo lo que me sucede. Mis debilidades mi impulsan a pulir mi carácter, no dejo que me limiten.
Que se aprende de las debilidades:
- Reconocer que el carácter se puede cambiar, todo se puede mejorar y transformar. El ser humano siempre está en desarrollo, cambia y se adapta a las nuevas situaciones que van surgiendo. No hay nada predeterminado ni finalizado. La persona evoluciona continuamente, así que siempre hay lugar para mejorar.
- Un acto de auto-disciplina y control, es también un acto de auto-respeto y amor propio. Cuando uno puede transformar sus debilidades y conquistar los aspectos que impiden vivir en armonía, se mejora el carácter, se vive en abundancia y totalidad.
- Cuando se perciben las debilidades como oportunidades para crecer se les aprende a apreciar. Las debilidades son parte del carácter, su propósito no es de limitar o dañar a la persona. El poder reconocerlas y aprender de ellas ofrece nuevas posibilidades para crecer y ser mejor ofreciendo una perspectiva distinta a las creencias que se tenía.
Las debilidades hacen humilde y sensible a todo aquel que las reconoce y las aprecia. invitan a crecer y a mejorar. Aceptarlas es la mitad del camino para transformalras.