A pesar del alto potencial que tiene México para el aprovechamiento de sus ecosistemas de carbono azul, muchos de los estudios realizados a sus sistemas costeros se han realizado de forma aislada, por lo que existe un gran reto para sistematizar y homologar todo lo relativo al tema.
En este sentido, se llevó a cabo el Taller de construcción de un protocolo para homologar la información de los ecosistemas de carbono azul, para reforzar las capacidades de México en monitoreo de carbono y conservación de ecosistemas costeros.
El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc) indicó que durante el encuentro que tuvo lugar los días 16 y 17 de este mes, se reiteró la importancia de los ecosistemas de carbono azul para hacer frente al cambio climático.
Se destacó que el carbono azul es capturado por los ecosistemas costeros, tales como manglares, marismas y pastos marinos y su importancia radica en que su capacidad de absorción puede ser hasta cinco veces mayor que la de otros ecosistemas.
En el evento, organizado por el Inecc, en colaboración con The Nature Conservancy (TNC) México y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se resaltó que en el país se han realizado estudios sobre la estructura y los procesos que ocurren en los diversos ecosistemas costero-marinos desde el norte del país hasta la península de Yucatán.
De ahí que en este taller, investigadores y funcionarios públicos expertos en la materia conjuntaron metodologías de medición de carbono azul, así como para determinar parámetros que reflejen el estado de conservación y recuperación de los ecosistemas.
En un comunicado, el Inecc recordó que entre las acciones propuestas por México en su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC por sus siglas en inglés) en cumplimiento del Acuerdo de París (mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2°C) se encuentra incrementar la captura de carbono y la protección costera.
Para lograr este objetivo se plantea la implementación de esquemas de conservación y recuperación de ecosistemas costeros y marinos, como los arrecifes de coral, los manglares, los pastos marinos y las dunas, por lo que la información derivada del taller será de gran importancia para dar seguimiento a los compromisos planteados en la NDC.
El curso contó con la participación de 78 expertos de nueve instituciones del gobierno federal, 16 académicas, seis de la sociedad civil y tres organismos internacionales.
Entre ellos, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, la Comisión Nacional Forestal, y la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad.
Así como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, el Instituto de Ecología, el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM y la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.