Durante años, el Presidente electo ha criticado el modelo neoliberal de desarrollo económico. Su discurso, huelga decirlo después de haber obtenido más de treinta millones de votos, ha tenido un enorme eco. Pero, como siempre, una cosa es lo que dicen los políticos y otra lo que hacen. En la realidad, López Obrador ha tomado un par de muy buenas decisiones más cercanas al pensamiento neoliberal.
Comienzo con la más importante: apoyar las negociaciones de un nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá. La joya de la corona del neoliberalismo mexicano fue, sin duda, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Durante el gobierno de Salinas, cuando se estaba negociando dicho acuerdo, la izquierda mexicana se opuso. Ellos preferían continuar con un modelo proteccionista –el de la industrialización a partir de la sustitución de las importaciones– que estaba desgastado. Pensaban, y así lo decían, que era una locura que México se pasara a un esquema de libre comercio; creían que el país no tenía las capacidades para competir y que la industria nacional acabaría siendo arrasada por los estadunidenses y canadienses.
Ya sabemos el desenlace. Contra lo que pensaba la izquierda nacionalista, de la que AMLO era miembro, el TLCAN fue —y sigue siendo— la mayor historia de éxito económico de México. Hoy, nuestro país es una potencia exportadora. Exportamos más que todos los demás países latinoamericanos en su conjunto. No es gratuito, entonces, que ahora tengamos una izquierda más neoliberal en el tema comercial y que, en este sentido, López Obrador haya apoyado las negociaciones del nuevo tratado trilateral de libre comercio de América del Norte. En lugar de rechazarlo, como sí hicieron los nacionalistas revolucionarios en los ochenta y noventa, ahora lo defendieron sentándose en la mesa de negociación junto al gobierno saliente de Peña. Su participación, liderada por Jesús Seade, resultó fundamental para que México presentara un frente unido a favor del libre comercio en contra de las medidas proteccionistas de Trump, presidente de Estados Unidos.
Hoy, gracias a la decisión de López Obrador, México tiene un nuevo tratado que todavía debe ser ratificado por las legislaturas de los tres países. No es el acuerdo ideal, pero sí favorable para los que creemos en el libre comercio. Incluso, si el gobierno de AMLO decidiera echar para atrás la neoliberal Reforma Energética, que permite la participación del sector privado, el nuevo tratado, renombrado como USMCA, protege las inversiones de las empresas en proyectos petroleros convenidos con el Estado mexicano.
Más aún, el USMCA, apoyado por AMLO, contiene una cláusula en la que México se compromete a que el mercado (la oferta y demanda) defina el tipo de cambio del peso. El gobierno no podrá manipularlo ni para sobrevalorarlo ni para subvalorarlo. Los tres países, además, convinieron formar un Comité Macroeconómico para darle seguimiento al cumplimiento del tratado. Se trata de una saludable pérdida de soberanía nacional a favor de la economía de mercado.
Otro precepto del pensamiento neoliberal es la disciplina fiscal: no generar déficits del sector público. A eso se ha comprometido el Presidente electo. Su futuro secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, ha manifestado que el Presupuesto 2019 tendrá un superávit primario. Vamos a ver si cumplen. Por lo pronto, y otra vez de acuerdo con el pensamiento neoliberal, es muy importante mantener la autonomía del banco central en el manejo de la política monetaria como contrapeso a la política fiscal del gobierno. Si AMLO incumple su promesa de disciplina fiscal, y sube el déficit público, el Banco de México debe tener el poder de subir las tasas de interés para mantener la inflación baja.
Una y otra vez, el Presidente electo ha dicho que respetará la autonomía de Banxico. En los hechos, comienza a cumplir. Este año se retirará Manuel Ramos Francia de la Junta de Gobierno del banco central. Era muy importante ver quién sería la propuesta de AMLO para sustituirlo como primera prueba de qué tanto respetaría la autonomía de dicha institución. Pues bien, se ha informado que piensa nominar a Jonathan Heath para este puesto. Se trata de una excelente noticia. Estamos hablando de un economista con las credenciales y convicciones que aseguran la independencia de Banxico en el manejo de la política monetaria.
Retóricamente, AMLO puede seguir criticando el neoliberalismo. Pero, mientras en los hechos siga tomando decisiones neoliberales, podemos estar tranquilos los que seguimos estando a favor de una economía de libre mercado.
Twitter: @leozuckermann