Hace cientos de años, la bella princesa Anahí de la etnia de los Ayoreode de Bolivia, fue conquistada por un soldado español. La boda no fue bien recibida por el pueblo, por lo que Anahí, temiendo por la vida de su consorte, lo conminó a irse, pero antes de que lo hiciera le obsequió una preciosa piedra que la leyenda llamó: “Lágrima de Miel y Violeta”. La gema en cuestión es La Bolivianita, una fusión de amatista y cetrino cuyos componentes dan sus característicos colores.
Hace mil años, en China, se creó una técnica artesanal tan bella que no pasa de moda. Se trata del cloisonné que, según cuentan, tuvo su origen a raíz de un incendio en el palacio imperial. Artesanos creativos que vieron entre las llamas cómo se convertían las piedras preciosas y metales en cristales multicolores, idearon la manufactura de artículos decorativos y joyería. El cloisonné es un esmalte con la superficie dividida en alvéolos de láminas metálicas que encierran zonas coloreadas. También se le llama alveolado.